chica con acné usa una crema
Cómo es la piel,Salud

5 cosas que hay que saber sobre el acné: qué es, causas, detonantes, tipos y tratamientos

El acné es una afección común entre los adolescentes, pero también puede aparecer en adultos, especialmente si tienen piel grasa.

Es tan común que puede que se obvie el hecho de que es una enfermedad, la cual puede llegar a requerir asistencia médica.

Pero, antes de alcanzar este punto, pasa por otras fases en las que aparecen lo que todos conocen como granos, a los que algunas personas les gusta toquetear y explotar (por supuesto ignorando u olvidando que es una patología), y que pueden tratarse en casa o con un cosmiatra.

En este artículo, me voy a adentrar en qué es el acné, cuales son sus causas, los tipos o fases de la enfermedad y posibles tratamientos.

Este post está basado en un trabajo para mis clases de Cosmiatría, con información agregada. Y hay links de afiliados... es muy buenoooo.
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¿Qué es el acné?

Pueden darse varias definiciones de lo que es, según la perspectiva de la que se lo mire. Pero, en definitiva:

El acné es una enfermedad multicausal de la piel que se caracteriza por la inflamación crónica de las unidades pilosebáceas, las cuales se encuentran llenas de sebo, bacterias, suciedad y células muertas.

También se puede decir que es condición inflamatoria crónica de las unidades pilosebáceas de la piel o que es una enfermedad inflamatoria.

Otra forma de caracterizarlo es decir que es una afección cutánea que se produce cuando los folículos pilosos se llenan de grasa y células muertas.

La definición nos da pistas acerca de sus causas y patologías.

¿Cómo surge el acné?

Como mencioné, el acné en una enfermedad multicausal, esto, que tiene varias causas. Así, nunca será sólo un factor el que lo haga aparecer, sino que se debe estar atenta a la presencia de varios. Esto lo hace una enfermedad compleja de entender.

Se considera que el acné tiene 4 causas o factores patogénicos que se deben considerar. Esto son:

  • Exceso de producción sebácea
  • Colonización bacteriana
  • Hiperqueratosis ductal
  • Inflamación

Exceso de producción sebácea

Así, primero debe haber un exceso de producción de sebo por parte de las glándulas sebáceas.

Estas glándulas suelen rodear a los folículos (los pelos) en su base, produciendo el sebo que necesita el cabello y la piel para su lubricación y protección. Se ubican en la dermis, esto es, en la capa media de la piel.

La actividad anormal de esta organela se debe a un desequilibrio, que puede desencadenarse por factores como fluctuaciones hormonales, estrés o una alimentación rica en grasas.

Cuando se produce demasiado, las glándulas se llenan de sebo y este se esparce a otras zonas en la piel, saliéndose del poro.

Ese exceso de sebo, que normalmente sirve simplemente para proteger la epidermis, arrastra las células muertas y suciedad que se encuentran en la superficie del cutis, llevando todo esto adentro, hacia la dermis. A partir de esto es que se producen infecciones y se desarrolla más gravemente la enfermedad.

Con la infección, también se genera inflamación, como reacción del cuerpo ante los elementos extraños.

Las bacterias del acné

Seguramente habrás escuchado hablar sobre las bacterias causantes del acné. Estas ya se encuentran con normalidad en nuestra piel, pero, con esta enfermedad, se produce una colonización por parte de las mismas. Esto se debe a que dichos microorganismos se alimentan del sebo.

Se pueden mencionar dos bacterias que intervienen en esta patología, de las cuales una es la más importante.

Esta es la bacteria Propionibacterium Acnes o Cutibacterium Acnes (denominación actual). Se considera un factor patogénico importante y el tratamiento con antibióticos contra el acné ataca fundamentalmente a esta bacteria.

A pesar de ello, no ha quedado en claro si siempre es un elemento patogénico o si también juega un papel en la microbiota de la piel, al ser un miembro normal en ella.

Este bacilo induce la respuesta inflamatoria en los queratinocitos, sebocitos y monocitos e influye en el crecimiento y diferenciación de las células.

Además, a veces se ha visto implicado en infecciones más graves, como en la osteomelitis, meningitis, endocarditis e infecciones post cirugía.

En el acné, la cantidad de la bacteria C. acnes crece y se convierte en el único habitante del folículo piloso. Produce inflamación y la queratinización del ducto sebáceo (por donde pasa el sebo para llegar a la epidermis).

La otra bacteria implicada en el acné es la Staphylococcus aureus. Esta está involucrada en la formación de pus y espinillas. Tiene resistencia a ciertos medicamentos y sensibilidad a otros.

Como ves, la P. acnes es lo que haría que se inflame la zona donde tienes acné y la Staphylococcus aureus actúa en la patogenia del acné, al infectar y hacer que se genere pus.

En una piel equilibrada, estas bacterias se mantiene en una cantidad casi imperceptible. No sólo porque se encuentra limpia, sino también porque existe una microbiota que contribuye a esto.

En una piel acneica se ha producido un desequilibrio, se encuentra debilitada y, además, el sebo excesivo va a arrastrar a estos microorganismos hacia la dermis, donde provoca la infección.

Hiperqueratosis ductal

Como mencioné, el P. acnes provoca la queratinización del ducto sebáceo.

Esto significa que se produce un exceso de queratina, proteína de la piel que le confiere dureza, resistencia e impermeabilidad frente al agua.

Esta queratina se acumula junto con el sebo y células muertas en la glándula sebácea y el ducto por donde se conduce el sebo hacia la epidermis.

En el acné severo, es una de las sustancias que rellenan los quistes.

Inflamación

Existe una nueva teoría respecto a la inflamación en el acné.

Según la anterior, la presencia de bacterias provocaría inflamación, como respuesta del organismo ante estos microorganismos. Se ha considerado que la inflamación es una reacción del sistema inmune ante las bacterias, el exceso de lípidos o los andrógenos (hormonas sexuales masculinas, como la testosterona). Esto implica que la inmunidad está haciendo su trabajo, combatiendo la infección y ayudando en la recuperación de las lesiones.

En realidad, el sistema inmune de la piel no funciona como debería en el acné, por lo que la inflamación también se produce sin razón aparente.

Así, en la piel acneica, existe siempre una pequeña cantidad de inflamación cerca de los poros, incluso en zonas donde parece no haber acné.

De esta manera, ahora se teoriza que la inflamación ya se encuentra presente antes de que comiencen las lesiones del acné, como los granos, y que todo el acné es inflamatorio.

De hecho, en la zona cerca de los poros donde hay inflamación suelen empezar a salir los comedones. *

Causas profundas

Como ves, el problema no surge simplemente de algo externo. No se trata simplemente de suciedad (aunque contribuye) ni se limita a lo que se ve como un grano, punto negro o quiste. Sino que es mucho más profundo, comenzando en la dermis, es decir, en la capa media de la piel.

Allí se encuentra la glándula sebácea, como mencioné, que regula la producción de sebo. Luego, algo mucho más interno, como un desequilibrio hormonal, la dieta o estrés emocional, provocan que esta produzca mucho más sebo de lo normal y, junto a ello, la aparición de brotes de acné.

Ahora se sabe que la presencia previa de inflamación también puede ser un desencadenante de este proceso y predecir donde se encontrarán las lesiones.

A partir de estos problemas internos, factores externos que tienen que ver con tus hábitos, suciedad sobre la piel y factores causantes de inflamación pueden hacer que empeore. Si no se corrige, estos pueden llevar a una enfermedad grave de la piel.

Desencadenantes

Como mencioné, hay factores que desencadenan el acné, al generar alguna de sus causas, como el exceso de sebo. Así se producen los brotes.

Algunos desencadenantes son:

  • Factores hormonales
  • Estrés
  • Mala alimentación
  • Tabaquismo
  • Cosméticos inadecuados
  • Medicamentos

Vamos a ver brevemente cada uno.

Hormonas

Se puede considerar que el factor más importante es el hormonal.

Aproximadamente el 85% de las personas padecen de acné durante la adolescencia, lo que se debe a los cambios hormonales. Esto es, al producirse más hormonas, como parte del proceso natural de crecimiento, también hay fluctuaciones de andrógenos (hormonas masculinas), estrógenos y progesterona. Los andrógenos, como la testosterona, estimulan más las glándulas sebáceas y pueden desencadenar el acné, mientras que hormonas femeninas como estrógenos y progesterona, tienden a aminorarlo. De ahí que los hombres tengan más acné o de tipos más graves que las mujeres en esas edades.

Por otra parte, el acné en la adultez también tiene que ver con fluctuaciones hormonales y un aumento de los andrógenos. En este caso, la mayoría de las personas con acné adulto son mujeres, debido a que sufren de más variaciones de hormonas en el mes que los hombres, al cumplir ciclos de fertilidad y menstruación.

Asimismo, también puede aparecer acné hormonal como consecuencia de un embarazo, de la menopausia (disminución de estrógenos) o antes de la menstruación.

En los hombres, aunque menos frecuente, también puede aparecer el acné en la adultez, lo que puede pasar como consecuencia de la toma de esteroides o como resabio del acné adolescente, por ejemplo. * *

Estrés

El estrés es un factor que desencadena desequilibrios en todo el organismo, lo que también puede generar la sobreactividad de la glándula. Por un lado, podría causar fluctuaciones en las hormonas, debido al desequilibrio, y, por otro, debilitar el sistema inmune, haciendo que el organismo sea más propenso a enfermedades, incluyendo acné.

Este estimula el sistema autónomo, el hipotálamo, la glándula pituitaria y otros sistemas para luchar contra la amenaza percibida. Cuando esto continúa por un tiempo, puede generarse una deficiencia del sistema inmune, mayor producción de radicales libres y daño al ADN. Todo esto termina dañando los tejidos, incluyendo la piel. *

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Además, el estrés también puede aumentar la inflamación en el organismo.

Alimentación

Es bien conocida la relación entre la alimentación y la aparición del acné. Así, una dieta rica en lípidos puede causar que brotes acneicos.

Asimismo, se considera que ciertos alimentos son inflamatorios, como los ultra-procesados, hipercalóricos y frituras.

Me adentraré en la relación entre alimentación y acné cuando hable de prevención.

Tabaquismo

El cigarrillo contiene sustancia tóxicas que afectan a todo el organismo y es una causa importante de acné en la adultez.

De hecho, se ha descubierto que efectivamente existe una relación entre fumar y el acné.

La nicotina induce la hiperqueratosis y, junto a otros componentes, genera alteraciones en la microcirculación bajo la piel y en la composición del sebo.

Así, al generar estrés oxidativo y reducir la cantidad de antioxidantes, disminuyen los niveles de tocoferol (vitamina E), un antioxidante, en el sebo, el cual impide que se generen productos lipídicos peroxidados.

Dada esta disminución, el sebo se llena de peróxidos, lo que hace que proliferen los queratinocitos (hiperqueratosis) y, así, aparezcan comedones.

Cosméticos

Ciertos cosméticos pueden desencadenar el acné, normalmente por contener aceites.

Así, si se utilizan emulsiones, como cremas humectantes y nutritivas, en una piel grasa acneica, es probable que aparezca un brote. Esto se debe a que se produce el exceso de lípidos que lleva a tapar los poros.

Asimismo, si se utilizan demasiados cosméticos de este tipo en una piel mixta, esta puede volverse grasosa y más propensa a acné.

El maquillaje barato, que tiene un mayor contenido de aceites, también puede desencadenar un brote. Especialmente las bases, utilizadas para recubrir todo el rostro. Las sombras de ojos podrían causar orzuelos.

Medicamentos

Los medicamentos que actúan sobre los niveles de hormonas pueden causar acné, como los esteroides, fármacos androgénicos, medicamentos para la terapia de reemplazo de hormonas para la menopausia (en caso de que contenga testosterona) y anticonceptivos.

Otros medicamentos pueden causar reacciones acneformes, esto es, que parecen acné, pero no lo son en realidad, por no cumplir con la patología causal de la misma. De hecho, se trata más de una forma de foliculitis, que es la inflamación de los folículos pilosos y pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo. Por ejemplo, puede tratarse de brotes acneformes que aparecen en pecho y espalda, sin afectar la cara.

Algunos de estos fármacos son litio (para el desorden bipolar), anticonvulsivos, corticoesteroides, ciertos medicamentos para el cáncer, isoniazid (un antibiótico), cetuximab (bloqueador del crecimiento epidérmico), medicamentos psicotrópicos, entre otros. *

Sin embargo, se considera que no es común este tipo de reacciones por los medicamentos. *

¿Pero cómo se origina el acné?

Se considera que el origen es algo distinto de la causa o la patogenia del acné.

Te preguntaste: ¿por qué algunas personas padecen de acné y otras no o lo tienen en mucha menor medida? ¿Por qué sucede esto? ¿Cuál es su origen?

No se sabe precisamente qué origina el acné, pero se considera que se debe a la genética, desencadenada por factores hormonales.

Así, el acné tiene su origen simplemente en la tendencia hereditaria. Esta se ve activada al haber desequilibrios hormonales, lo cual sucede principalmente en la adolescencia.

Una persona con tendencia acneica también puede padecerlo bastante en la adultez temprana y puede incluso volver a presentarse en la madurez tardía.

De esta manera, son sólo los genes los que determinarían si una persona padecerá de más o menos acné.

El resto, esto es, la frecuencia y gravedad de los brotes, así como la posibilidad de controlarlo, está en tus manos.

Vamos a ver qué se puede hacer cuando me refiera a la prevención y al tratamiento.

Pero antes, ¿qué tan grave puede ser el acné?

Tipos o fases del acné

Existen distintos tipos de acné. O, mejor dicho, distintas fases, que pueden ir desde un estado leve a uno más severo, que requiere atención médica.

Veamos cuáles son.

comedones

Fase 1 o acné comedoniano (leve)

También conocido como acné vulgar, este primer grado de la enfermedad es el más leve y común.

Se caracteriza por la presencia de comedones abiertos y cerrados, esto es, puntos negros y blancos o granos.

Los puntos negros o espinillas (comedones abiertos) se dan cuando el sebo obstruye los poros parcialmente, de manera que este llega a salir a la superficie. Así, hay una “cabeza” de grasa que, en contacto con el oxigeno, se torna color negro, dando la apariencia característica.

En los puntos blancos o granitos (comedones cerrados), la obstrucción es total. Así, el sebo no llega a la superficie, sino que es bloqueado por la piel y da la apariencia de una protuberancia amarillenta o blancuzca en la misma.

En esta fase, no hay pus y hay poca inflamación, por lo que no se ven zonas o granos rojos inflamados.

Aparece más que nada en el rostro, especialmente en la zona T, es decir, frente, nariz y mentón.

No suele dejar cicatrices ni marcas.

Fase 2 o acné papulo pustuloso (moderado)

En el segundo grado del acné, ya hay enrojecimiento por la inflamación y pus, causados por la infección de bacterias.

Su aparición se debe al inadecuado tratamiento del acné leve.

Surgen en esta fase las pápulas y las pústulas.

Las pápulas son protuberancias rojas o rosadas, que pueden ser sensibles al tacto. Se deben a la inflamación de los granos, que causa su enrojecimiento.

Las pústulas son granos llenos de pus y se ven como puntos blancos más grandes.

Rascar, explotar o exprimir las pápulas y pústulas puede generar cicatrices. Además, la inflamación puede causar hiperpigmentación, la cual permanece luego de que se ha tratado el brote acneico, si no se hace un tratamiento para las manchas. Estas manchas son la llamada hiperpigmentación post-inflamatoria.

Así, a diferencia del acné leve, este grado de acné sí deja marcas.

El acné papulo pustuloso, asimismo, se subdivide en tres tipos, según el número de lesiones:

  • Leve: Pápulas y pústulas pequeñas, en número menor a 10.
  • Moderado: De 10 a 40 pápulas, pústulas y comedones.
  • Grave: Más de 40 pápulas, pústulas y comedones.

Así, basta con que tengas una pápula o pústula en tu cara para que se considere que tenés acné de grado 2.

Este tipo de acné es más frecuente en el rostro, pero puede propagarse a otras zonas, como cuello, hombros, pecho y espalda.

Fase 3 o acné nodulo quístico (grave)

También conocido como acné inflamatorio o acné severo, se caracteriza por la inflamación del folículo piloso. Es decir, la infección e inflamación se han extendido a la capa media de la piel o dermis.

Esto genera nódulos y quistes, los cuales llegan a ser dolorosos.

Los nódulos se dan por esta inflamación del folículo piloso, la cual se manifiesta también como una protuberancia rojiza, la cual puede doler.

Los quistes se caracterizas por, además de la inflamación, tener pus y queratina en su interior.

Este tipo de acné fácilmente puede dejar marcas y cicatrices bien visibles y debe ser manipulado con cuidado.

Demanda siempre la asistencia de un dermatólogo.

De hecho, estas lesiones pueden volverse muy duras y dolorosas y requerir cirugía para su remoción.

Puede extenderse por el rostro, cuello, hombros, espalda y pecho.

Grados123
SeveridadLeveModerada a graveMuy grave, severa
InflamaciónPocaModerada a muchaMucha
Lesiones característicasComedones abiertos y cerradosPápulas y pústulasNódulos y quistes
ZonasCaraCara, cuello, hombros, pecho y espaldaCara, cuello, hombros, pecho y espalda
SecuelasNinguna o pocas cicatrices y manchasCicatrices y manchasCicatrices y manchas
AsistenciaPuede resolverse con ayuda de cosmiatra o en casa. Ayuda la consulta al dermatólogo.Requiere asistencia de dermatólogo. Pueden recetarse medicamentos.Requiere asistencia de dermatólogo. Puede requerirse cirugía.

Otros tipos de acné

Acabo de describir distintos tipos de acné según el grado de severidad. Sin embargo, esta es sólo una clasificación.

Así, también se suele considerar que hay 4 fases o grados de acné: en la primera hay comedones y algunas pápulas, en la segunda hay pápulas y algunas pústulas, en la tercera hay pápulas, pústulas y algunos nódulos y la cuarta es el acné nódulo quístico.

Como ves, parece una versión mezclada de la anterior, con tres fases. Aún así, también cumple la función de indicar qué tan severo es el acné.

El acné también puede ser clasificado según su origen y el momento en que aparece. Así, existe acné:

  • Cosmético: Es causado por el uso de ciertos cosméticos, especialmente aquellos que tienen contenido en lípidos, como las emulsiones, o maquillaje barato, que lleva gran cantidad de aceites.
  • Medicamentoso o iatrogénico: Se trata del acné desencadenado por medicamentos y fármacos, como corticoesteroides, glucocorticorticoides, anabolizantes, androgénicos, bromuros y anticonceptivos.
  • Tropical: Variedad del acné que se da en climas tropicales, donde hay mucho calor y humedad. Afecta espalda, muslos y nalgas, pero no la cara.
  • Por contacto: Se genera por el contacto de la piel con sustancias que generan comedones. Esto puede ocurrir con trabajadores en ciertas industrias, por ejemplo, cuando trabajan con resinas.
  • Mecánico: Se da por el contacto continuo, fricción, presión y calor en la piel con un elemento físico; generalmente ropa deportiva. Es común que aparezca en la frente por el uso de gorras y cascos. También se considera un tipo de acné “causado por el deporte”, dada su frecuencia en atletas.
  • Neonatal: Se trata de pequeñas pápulas y pústulas que aparecen en el recién nacido entre las primeras 48 y 72 horas de vida. Se debe a las hormonas que le pasa la madre al bebé.
  • Premenstrual: Es aquel que se da antes de la menstruación, debido a los cambios hormonales.
  • Escoriado: Se trata del acné, primero leve, que es agravado por la manipulación excesiva, como pellizcar, rascar o refregar la piel, hasta producir escoriaciones y úlceras. Suele presentarse junto a problemas psiquiátricos.*

Con un grado añadido de severidad, hay dos tipos más de acné:

  • Conglobata: Una de las formas más severas. Consiste en varios nódulos inflamados conectados entre sí debajo de la piel. Aparece en el cuello, brazos, pecho y nalgas. Es más común en los hombres y se debe al consumo de testosterona y esteroides.
  • Fúlminans: También conocido como acné ulceroso febril agudo, es la forma más severa de acné nodular. Se caracteriza por la aparición repentina de muchos nódulos inflamados, que se extienden por cara, pecho, espalda. Es poco frecuente, afecta a hombres y se considera una variación más severa de la conglobata. No se conoce bien qué lo causa, pero se considera que es desencadenado, además de la toma de esteroides y testosterona, por la isotretinoína oral.

Ambos requieren esencialmente de asistencia médica.

Prevención del acné


Como dije, aunque la genética condiciona tu predisposición al acné, el resto está en tus manos.

Vamos a ver qué se puede hacer para prevenir esta enfermedad antes de que aparezca y qué hacer cuando ya apareció para evitar que empeore.

Para que no aparezca

Algunos consejos para evitar, en lo posible, la aparición del acné:

Cuidá tu alimentación

Es conocida la relación entre la alimentación y el acné. Ciertas comidas pueden hacer que aparezcan o se agraven brotes.

Así, se considera que aquellas con alto contenido graso, como manteca, aceites, carnes no magras, margarinas, entre otros, pueden favorecer la aparición del acné.

La leche también es tenida por desencadenante de los brotes. Esto se debe a su contenido en hormonas, las cuales llevaba la vaca. Aunque esto puede estar relacionado a prácticas modernas de producción, más que a la leche en sí misma.

Muchas veces se ha considerado al chocolate como desencadenante del acné. Existe cierta controversia al respecto, en tanto se ha tratado de desmentir esto, especialmente en los ‘60.

Sin embargo, más modernamente se confirma que puede estar relacionado con los brotes.

Así, en un estudio del 2016, se observó que el consumo de chocolate negro al 99% por hombres con acné durante 4 semanas empeoró la condición.

Lo mismo sucedió en un estudio del 2014, en que se les había dado cacao al 100% en cápsulas a hombres entre 18 a 35 años. Las lesiones del acné aumentaron al cabo de 4 días y de 7 días.

El alto consumo de azúcares también puede exacerbar el acné, así como ciertos carbohidratos. Esto se debe a que tienen un índice glucémico alto, lo que hace que el azúcar en sangre suba muy rápido, obligando al organismo a producir inmediatamente insulina, para bajarlo. Este proceso puede alterar la producción de hormonas, por lo que afectaría a aquellas que condicionan la producción de sebo.

Por supuesto, la comida chatarra, con un alto contenido en grasas y azúcares, empeora la enfermedad.

Se puede decir que, a pesar de que hay ciertos lineamientos generales, lo que termina causando un brote puede variar de persona en persona. Por ejemplo, a algunas les puede desencadenar acné la manteca, a otras el chocolate y a otras el pan blanco.

Respecto a qué comer, consumir más fibra y carbohidratos con bajo indice glucémico te puede ayudar a controlar más el acné, en tanto no alterarían el proceso hormonal.

Agregar zinc y elementos antiinflamatorios, como ácidos grasos omega 3, también puede ayudar con el acné.

Alimentos que contienen zinc son: ostras, hígado, avellanas, almejas, almendras, avena, semillas de calabaza, levadura de cerveza, espirulina, maní, germen de trigo, huevo, carnes rojas, pavo, nuez de Brasil.

Alimentos con omega 3 son: salmón, aceite de oliva, atún, arenque, sardinas, ostras, gambas, caballa, mejillones, nueces, semillas de chía, semillas de lino, almendras, semillas de sésamo, maní, avena, aguacate.

Tené una rutina de cuidados

Ya antes de que aparezca cualquier brote de acné, hay que mantener una rutina de cuidado de la piel.

Especialmente si se tiene piel grasa, la cual siempre está más predispuesta a padecer de acné.

Una rutina básica debe incluir limpieza, hidratación y protección. A esto se le puede agregar la tonificación.

Cuidar tu piel te servirá para normalizar la misma, lo que ayudará a prevenir enfermedades.

Usá productos adecuados

Dicha rutina debe ser llevada a cabo con los productos adecuados, esto es, cosméticos que no produzcan más acné o no comedogénicos.

Así, si tu piel es grasa, hay que evitar las emulsiones y los protectores solares que tengan aceites. Utilizá geles, tónicos y aguas para hidratar tu piel y limpiála con cosméticos como geles, espumas, agua micelar y jabones para el rostro para que mantenga su equilibrio.

Evitá utilizar productos no formulados para la piel en su limpieza, como jabón común o blanco. Estos pueden desequilibrar el ph, destruir la flora bacteriana e irritar la piel, empeorándola.

También fijáte que no seas alérgica a ninguno de los ingredientes en los productos.

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Evitá el exceso

No utilices una exagerada cantidad de cosméticos.

Esto puede cargar demasiado la piel con activos, haciendo más difícil que luego absorba los que sean de tratamiento.

Además, puede tapar los poros y causar un brote.

Cuidáte del estrés

Dado que el estrés emocional puede contribuir a desencadenar brotes acneicos, al generar desequilibrios en todo el organismo, es recomendable realizar actividades que te ayuden a aminorarlo.

Algunos ejemplos de estas actividades son: aromaterapia, meditación, deporte, yoga, pasear, correr, escuchar música, escribir.

El estrés es algo que no siempre se puede evitar, especialmente en la vida moderna. Pero se puede regular para que no sea demasiado y ayudarse con cosas que te traigan relajación y felicidad.

Como nota, me refiero en este apartado al estrés “malo” y no al normal o “bueno” necesario para la vida, como, por ejemplo, el del ejercicio físico.

Hidratate

Una piel deshidratada tiende a producir más sebo, como respuesta a la falta de agua, con el fin de mantener la humedad.

Es recomendable usar productos hidratantes, como geles, aguas o tónicos y toma suficiente agua.

Una piel deshidratada, además, se ve más opaca y es más débil.

tomar agua ayuda con el acné

Protegete del sol

Este puede también deshidratar tu piel resultando en mayor producción de sebo. Además, un exceso de radiación UV puede causar inmunosupresión en la piel, inflamación y predisponer así a un brote.

Se debe usar un protector solar libre de aceites y no comedogénico.

Quitá el maquillaje

Siempre limpiá el rostro de todo resto de maquillaje antes de dormir, para evitar que tape los poros.

Mantené la higiene

Para una piel grasa, la limpieza puede ser la forma más importante para evitar brotes. Una buena limpieza debe estar incluida en tu rutina de cuidados, como mencioné más arriba.

Otra forma de mantener la higiene es evitar llevarse las manos a la cara, especialmente si no están lavadas. También, evitar refregar la cara con las manos. Así, evitarás traer más bacterias al rostro o esparcirlas en ella.

Mantené el pelo limpio y utilizá una vincha o gorra cuando no lo esté, para evitar que el sebo en este pase a la cara. Tenerlo limpio también ayudará a prevenir o reducir problemas como la caspa y la caída del cabello.

Recordá que la higiene de la piel y el cabello no necesariamente debe implicar usar productos muy fuertes ni refregarse agresivamente. Por el contrario, esto podría debilitar el cuera cabelludo y la piel, secarla, desequilibrarla y hacer que reaccione, produciendo más sebo para combatir la resequedad.

Para que no empeore

Es aplicable lo dicho anteriormente para prevenir. Pero, además:

No refriegues tu cara

Si ya apareció el brote de acné, no refriegues tu cara. Evitá esparcir las bacterias de una zona del rostro a otra.

No los explotes

Tal vez ya lo habrás escuchado otras veces: no debés explotar los granos. Por más divertido que parezca, no lo hagas. Y evitá que otras personas lo hagan también.

En donde hay un grano, puede haber una colonia de bacterias, que estarás esparciendo en la piel cuando lo explotás. A esto hay que sumarle que la mano siempre tiene bacterias, agregando a la posible infección.

Asimismo, la parte de la piel afectada está muy débil, por estar enferma.

Cuando los explotás, también aumentás el riesgo de que queden cicatrices, especialmente si se trata ya de acné de grado 2 o mayor.

No te exfolies

Aunque la exfoliación puede ser parte de una rutina de cuidados semanal, para eliminar células muertas, está contraindicada cuando hay un brote de acné.

Tanto los gránulos de la exfoliación física como la exfoliación química podrían irritar la piel.

Además, la exfoliación física podría causar la escoriación de los granos, empeorando el problema.

No hagas experimentos

Tratá de informarte bien acerca de qué hacer cuando surja un brote de acné o andá a un profeional.

No experimentes usando remedios caseros en tu cara, que podrían irritarla más o causar efectos secundarios, como pasta de dientes, limón y bicarbonato de sodio.

El limón puede causar manchas. El bicarbonato aumenta demasiado el ph y puede resecar la piel y desequilibrarla. La pasta de dientes no es un producto adecuado para la piel: su ph no es adecuado y puede contener azúcar (sacarosa). Si causa alivio, puede ser por el contenido en mentol.

Dicho esto, existen algunos remedios caseros que podrían servir o dar alivio, como la manzanilla, que sirve para bajar la inflamación.

Aseguráte de que sean inocuos y no uses cualquier cosa.

Hacéte un tratamiento

El acné no necesariamente se va por sí solo, “con el tiempo”. Puede reducirse, para volver a aparecer más tarde.

Así, es mejor tratar el brote en el momento y mantener controlada la enfermedad, en caso de que tengas una fuerte tendencia a padecer acné en tu familia.

Tratamientos del acné

Para el tratamiento del acné, como toda patología, hay que realizar un proceso. Así, no se puede esperar a que con una sola sesión de tratamiento o con la aplicación de un solo producto una o pocas veces, va a desaparecer el problema.

Por supuesto, si tu acné es leve, puede que controles el brote en poco tiempo con algunos productos o medicamentos. Pero para tratar la enfermedad en sí, es necesario algo más prolongado.

Así, vamos a dividir los tratamientos entre aquellos que hacés cuando hay un brote, es decir, ya tenés comedones, pústulas o pápulas en tu piel, y aquellos que podés hacer cuando este ya está controlado.

Asimismo, hay que diferenciar entre los tratamientos más de tipo cosmetológico o cosmiátrico, más disponibles y en los que me enfocaré más (por ser el tema de este blog), y aquellos de tipo médico, a los que haré breve mención.

Voy a empezar por los tratamientos cosméticos cuando no hay brote.

Tratamientos cosméticos cuando NO hay brote acneico (no hay granos)

Estos tendrán como finalidad controlar la enfermedad en sí, tratando lo más posible de evitar que surja un brote.

También servirán para tratar las secuelas, en tanto, muchas veces, luego de que se ha logrado eliminar el brote acneico, quedan manchas y cicatrices.

Aquí pueden incluirse rutinas básicas, así como cuidados extra y más enfocados en la enfermedad.

La limpieza diaria

El tratamiento cosmético más sencillo de todos es realizar una limpieza correcta de la piel.

Muchas veces, puede que no se la esté llevando a cabo de manera adecuada o que no se esté haciendo con la regularidad necesaria.

Lo primero, más esencial y fácil es corregir la rutina personal de cuidados para asegurarse de tener una limpieza cutánea todos los días. De esta forma, se va a buscar regular la glándula sebácea y limpiar el exceso de sebo, bacterias y todo aquello que podría ocasionar el bloqueo de los poros.

Si tu piel es grasa y tenés acné, podés usar productos como agua micelar (el más suave), gel de limpieza, espuma de limpieza y jabón para el rostro (asegúrate que lo sea, no uses jabón común).

Si tu piel no es grasa, te recomiendo más un agua micelar, un jabón para el rostro que sea para tu tipo de piel y un gel de limpieza. No recomendaría tanto la espuma, debido a que puede ser muy fuerte, pro lo que es mejor para pieles grasas, que suelen ser más resistentes.

La limpieza debe realizarse, por lo menos, dos veces al día: a la mañana cuando te levantás y a la noche, antes de irte a dormir.

Por supuesto, podés agregar una limpieza extra si te parece que lo necesitás, por ejemplo, si realizaste alguna actividad que resultó en mayor suciedad sobre la piel.

Si no alcanzás con la limpieza 2 veces al día, puede ser 1 vez al día, siempre que tu biotipo lo permita. Si tu piel tiende a resecarse, podría ser mejor.

También tené en cuenta de que, a pesar de que la limpieza es esencial, tampoco hay que pasarse. Es decir, no te limpies de más hasta que no quede nada, dado que esto puede llegar a desequilibrar la piel y causar lo contrario a lo que se quiere lograr: mayor producción de sebo.

Como mencioné, usar productos muy fuertes o refregarse puede debilitar la piel, desequilibrarla y resecarla.

El sebo sigue siendo necesario para mantener la humectación natural de la piel.

Mascarillas

Podés colocarte distintos tipos de mascarillas, que ayudarán a regular la cantidad de sebo, aportarán nutrientes y equilibrarán la piel.

Activos que pueden contener estas mascarillas para ayudarte a tratar el acné son:

  • Carbón activado: Este activo, muy popular en la industria cosmética, tiene la capacidad de limpiar las impurezas, purificar la piel y absorber el exceso de sebo. De ahí su popularidad con las pieles grasas. Sin embargo, esto es todo lo que hace. No aporta nutrientes ni tiene propiedades extra. Asimismo, considero que es más recomendable para un piel grasa acneica que otros biotipos, debido a su capacidad de absorción, que puede llegar a ser bastante fuerte.
  • Ácido salicílico: Este es un betahidroxiácido, utilizado en peelings, aunque muchos productos indicados para el acné lo contienen. Y esto se debe a que es un activo especialmente beneficioso para esta enfermedad. Tiene la capacidad de limpiar dentro del poro, arrastrando la suciedad y el sebo. Por esto es que puede ayudar a disminuir y prevenir brotes acneicos.
  • Azufre: También indicado para pieles grasas y considerado ideal para combatir el acné. Es bactericida, secante y exfoliante, eliminando exceso de sebo, células muertas, suciedad y bacterias. Asimismo, se considera que puede mejorar las cicatrices y desvanecer las manchas del acné. Como desventaja, puede secar mucho la piel e irritarla, por lo que es necesario moderarse en el uso de este ingrediente.
  • Arcilla: Este producto de la tierra es útil para una variedad de fines. Es limpiadora, astringente y, además, aporta nutrientes, gracias a su contenido en minerales, como zinc, magnesio o hierro. Así, puede eliminar el exceso de sebo, eliminar las bacterias, detoxificar, remineralizar, equilibrar y ayudar en la cicatrización.

Además de los mencionados como activos principales para combatir el exceso de sebo, hay otros que también pueden ayudar en la enfermedad de distintas formas y que pueden agregar un efecto extra:

  • Té verde: Es antioxidante, antiséptico, antiinflamatorio
  • Manzanilla: Antiinflamatoria
  • Bisabolol: Extraído de la manzanilla, es el compuesto que le da la propiedad antiinflamatoria.
  • Hamamelis: Es astringente y regulador
  • Agua de rosas: Levemente astringente, antiséptica, antioxidante y antiinflamatoria.
  • Aceite esencial de árbol del té: Antiséptico
  • Menta: Antiséptico y refrescante
  • Ácido hialurónico: Es un hidratante por excelencia, lo que puede ayudar con estas máscaras, dado que suelen ser secativas.
  • Aloe vera: Es hidratante, antiséptico y antiinflamatorio.
  • Aceite esencial de lavanda: Antiinflamatorio y antiséptico.
  • Romero: Antiséptico
  • Orégano: Antiséptico
  • Tomillo: Antiséptico y antiinflamatorio

Así, los ingredientes de la primera lista se pueden combinar con los de la segunda, para dar un tratamiento cosmético más completo.

Estas listas no son exhaustivas; son una sugerencia de activos que te pueden ser útiles.

las mascarillas de carbón activado se usan para el acné

Fangoterapia

La fangoterapia también puede ser útil a una piel acneica.

El fango es rico en minerales y oligoelementos, teniendo propiedades astringentes, antisépticas, equilibrantes, purificantes, antioxidantes y regenerativas.

De esta manera, hacer, por ejemplo, una máscara con fango puede ayudar a eliminar el exceso de sebo, regular el ph de la piel, regular la glándula sebácea, nutrir, controlar las bacterias y ayudar con las cicatrices.

El fango también puede usarse para realizar un peeling suave, lo cual puede servir para tratar manchas y cicatrices y renovar la piel.

Peeling

Acabo de mencionar al peeling. De estos, existen tanto de tipo químico como físico, habiendo opciones para la piel acneica en ambos.

Respecto al peeling químico, los ácidos más indicados para el acné son:

  • salicílico
  • glicólico
  • azelaico
  • láctico

Respecto a los peelings físicos, se presentan como opciones el dermaplanning (también considerado una dermoabrasión) y la punta de diamante.

Por supuesto, el tratamiento de peeling está contraindicado en caso de brote, especialmente si hay mucha inflamación. En este caso, podría causar mayor irritación.

También hay que recordar que luego de realizar el peeling, hay que protegerse con pantalla solar y ser más cuidadosa. Esto se debe a que remueve la capa córnea, por lo que la epidermis queda más expuesta. Si fallás en protegerte, es más probable que surjan manchas.

Asimismo, se puede complementar el peeling con activos antiinflamatorios, calmantes, regenerativos e hidratantes, para contrarrestar los posibles efectos secundarios.

Si un peeling se realiza de manera adecuada, no debería haber descamación excesiva ni enrojecimiento. Si lo hay, pudo haber un error en su realización, como haber dejado demasiado tiempo el producto sobre la piel o una mala elección del mismo.

Por lo menos, en el ámbito cosmético.

Espátula ultrasónica

Un tratamiento con espátula ultrasónica implica el uso de un dispositivo con un cabezal de acero quirúrgico y que utiliza el ultrasonido y la vibración para lograr un efecto en la piel.

Vienen con distintas frecuencias, normalmente 3, para lograr diferentes funciones, como: limpieza, peeling, lifting. También puede ser: limpieza, acné, arrugas.

Así, por ejemplo, podés utilizarla o someterte a un tratamiento con este aparato para realizarte un peeling, limpiando profundamente la piel y renovándola. Permite tratar cicatrices y manchas del acné, así como prevenirlo, al eliminar las células muertas que podrían obstruir los poros. Esta función también puede ayudar a remover puntos negros.

La espátula ultrasónica también suele tener una función que permite estimular la piel para que absorba mejor los activos. Esto permitirá potenciar cualquier tratamiento con cosméticos para el acné.

Este tratamiento esta contraindicado en caso de:

  • Embarazo o lactancia
  • Rosácea
  • Dermatitis
  • Psoriasis
  • Piel atópica o alípica
  • Heridas abiertas
  • Implantes metálicos
  • Acné inflamatorio
  • Piel muy sensible

Láser

Los tratamientos con láser pueden servir para tratar las secuelas del acné, reduciendo cicatrices y manchas.

Por ejemplo, la luz pulseada intensa, que también sirve para la rosácea, ayuda a quitar la rojez que puede dejar el acné, manchas y cicatrices.

El láser de Co2 fraccionado ayuda especialmente a remodelar el colágeno y regenerar la piel, tratando cicatrices y marcas.

El láser, además, puede servir para combatir las bacterias, disminuir la inflamación y regular el exceso de producción sebácea.

Tratamientos cosméticos cuando hay un brote acneico (hay granos)

Estos tendrán como finalidad reducir y eliminar la cantidad de lesiones acneicas, atacando las causas, tales como la inflamación, la colonización bacteriana, el exceso de sebo y la hiperqueratosis.

Así, se usarán activos antisépticos, antiinflamatorios, de regulación del sebo y limpiadores.

Hay que tener en cuenta que, cuando hay un brote, la piel se encuentra en un estado debilitado, por lo que hay que tratarla con cuidado (ergo, sin refregarla, exfoliarla o explotar las lesiones).

Por la misma razón, ciertos tratamientos y rutinas que pueden aplicarse a la piel grasa o aquella que no tiene un brote, pueden estar contraindicados cuando este se presenta.

También hay que observar la gravedad del brote. Por ejemplo, si hay o no muchas inflamación y si hay riesgo de que se generen cicatrices.

Así, en un acné leve no se dan ninguno de estos dos, por lo que es más fácil de tratar.

Por otra parte, si ya hay muchas inflamación (lo que también indica infección), se deben tratar también estos síntomas y tener más cuidado de no reventar los granos.

Aplicación localizada de activos

Consiste en la aplicación de activos directamente en la zona del grano, para bajar la inflamación, combatir las bacterias y para “secarlo”.

Ahora voy a mencionar algunos de estos activos. Vas a ver que varios coinciden con aquellos que pueden usarse para prevenir, pero los vas a aplicar de manera más concentrada y en el lugar.

Activos para secar el grano:

  • Azufre
  • Carbón activado
  • Arcilla
  • Ácido salicílico
  • Ácido azelaico

Ingredientes activos para bajar la inflamación:

  • Manzanilla
  • Bisabolol
  • Niacinamida
  • Hamamelis

Activos para combatir las bacterias:

  • Aceite esencial de árbol del té
  • Romero
  • Orégano
  • Tomillo

Estos, además, se encuentran en productos desarrollados para el acné que pueden venir en diferentes presentaciones

Remoción de comedón

El comedón o grano puede quitarse físicamente. Para esto, es importante que primero no haya inflamación o rojez, lo cual puede lograrse con la aplicación de activos antiinflamatorios y antisépticos, como mencioné anteriormente.

Así, una vez que veas que el “grano” ya no se encuentra rojo, se puede pensar en removerlo.

Para ello, se deben cumplir ciertos recaudos como:

  • Higienizar el área a tratar. Hay que realizar un limpieza facial (por supuesto, sin refregar ni irritar) y asegurarse de que la zona con el comedón se encuentra aséptica.
  • Usar un instrumento adecuado y limpio. Existe un instrumento llamado removedor de puntos negros o extractor de espinillas. Presenta distintos diseños o variaciones. Se trata de una vara de acero quirúrgico que puede contar con una horquilla en un extremo y una aguja o lanceta en la otra, o con horquillas de distinto tipo. Debe estar desinfectado previo al uso.
  • Usar guantes o limpiarse muy bien las manos. Evitarás así transmitir más bacterias a otras áreas de la piel.
  • Asegurarse de que el lugar donde se va a quietar el comedón también se encuentre desinfectado. Si, por ejemplo, se deja el extractor sobre una mesa o una bandeja, estas también deben estar asépticas.

Para remover un comedón abierto, hay que colocar la horquilla del instrumento alrededor de este y empujar hacia abajo, con presión suave.

Si el comedón es cerrado, primero hay que pinchar con cuidado con la lanceta y luego extraer con la horquilla.

De esta forma, se estará sacando el contenido del grano.

Por supuesto, todo este procedimiento viene con la suposición de que estos comedones se encuentran en estado de ser removidos, esto es, no están rojos e inflamados.

Si se ve que, al empujar, hay resistencia, no se debe insistir. Hay que evitar irritar la lesión e intentarlo en otro momento.

Menciono este proceso porque es algo que algunas personas hacen en casa, más que nada cuando hay pocos comedones, poco graves y la situación no requeriría o no permite ir a una consulta. Sin embargo, lo recomendable es acudir a un profesional. Especialmente si no se logra distinguir si los comedones pueden retirarse, el procedimiento parece algo complicado o tenés comedones cerrados y no sabés usar la lanceta.

Entonces podeés ir al cosmiatra, que trabaja en el área de la cosmética pero trata también pieles enfermas, o al dermatólogo.

Estos tendrán todo el equipamiento y la experiencia necesaria para quitarte los granos de la manera correcta.

Tené en cuenta que utilizar mal la lanceta puede generar cicatrices.

el extractor de espinillas o removedor de puntos negros se usa para quitar granos secos

Espátula ultrasónica

Como mencioné, este instrumento también puede usarse para remover puntos negros, esto es, comedones abiertos. Esto puede hacerse con su función de peeling.

Por supuesto, no debe usarse cuando hay mucha inflamación. Es sólo para comedones, es decir, lesiones características de acné de grado 1.

Tratamientos médicos

Como dije, haré una referencia más breve a estos, a fines informativos.

Los tratamientos médicos servirán especialmente para los grados más graves de acné, aunque también podés consultar antes.

Aplicación tópica de fármacos

El medicamento se aplica directamente sobre la piel, en la zona donde se encuentra la lesión. Varios de estos medicamentos son de venta libre.

Algunos son:

  • Peróxido de bezoílo
  • Retinoides: tretinoína, tazaroteno, isotretinoína
  • Clindamicina (antibiótico)
  • Dapsona
  • Ácido azelaico
  • Ácido salicílico

Los dos últimos son aplicados en concentraciones médicas, mayores a las cosméticas.

Medicamentos orales

Se trata de la ingesta de fármacos, como antibióticos, que ayudarían a combatir las causas de la enfermedad, como la colonización bacteriana y la inflamación, desde dentro.

Algunos medicamentos utilizados son:

  • Isotretinoína (retinoide)
  • Tetraciclina (antibiótico)
  • Eritromicina (antibiótico)
  • Azitromicina (antibiótico)
  • Anticonceptivos
  • Espironolactona (antiandrógeno)

Hay que tener en cuenta, sin embargo, que estos medicamentos tienen varios efectos secundarios, incluso a largo plazo. Además, podría existir resistencia a los antibióticos, fomentada por su extensivo uso.

Peeling médico

El peeling médico químico es más profundo que el cosmético, en tanto puede llegar a la dermis. Además, se usa una mayor concentración de ácidos que en el ámbito cosmético.

Puede usar activos como glicólico, salicílico, tricloroacético, láctico o retinoico, según la necesidad del paciente, o una combinación.

El dermatólogo puede realizar peelings superficiales, en que sólo toca la epidermis, pero también de alcance medio, que llegan hasta la capa papular de la dermis (la más superficial), y profundos, que llegan hasta la reticular, más profunda.

Cuanto más profundo, más riesgos de efectos secundarios hay. De ahí la importancia de que lo realice un profesional médico, así como de seguir los cuidados indicados, como la protección continua contra la radiación solar luego del tratamiento.

Algunos efectos secundarios que pueden ocurrir son: enrojecimiento, sensibilidad a la luz solar, reacción alérgica, hinchazón o edema, costras, escamas y, en raras ocasiones, infección y cicatrices.

También puede causar una pronta descamación (de esas que uno puede ver en fotos en que a la persona se le sale la piel y luego queda mejor).

Recalco que es algo que debe hacer un médico (por más satisfactorio que se vea ese proceso, un peeling cosmético no debería verse así).

Cirugía

Los nódulos y quistes suelen requerir cirugía. Esta puede consistir en la incisión y drenado de la lesión.

Otro tratamiento es la cirugía láser. En esta se utiliza el calor de la luz láser, que penetra a la dermis, para eliminar de manera selectiva a las bacterias que causan el acné y los vasos sanguíneos que alimentan a las glándulas sebáceas en la zona, disminuyendo así la producción de sebo.

El dermatólogo, como mencioné, también puede realizar la remoción de los comedones abiertos y cerrados en su consultorio.

Fototerapia

Se trata de una terapia basada en el uso de luces de distintos colores sobre la piel, según lo que se quiera tratar, para lograr un efecto en esta.

Para el acné, se utiliza la luz LED azul, la cual penetra a la dermis y genera un radical libre que destruye a las bacterias. Al eliminarse las bacterias, también van disminuyendo la inflamación y el enrojecimiento.

Con la luz amarilla, además, puede tratarse la hiperpigmentación, secuela del acné inflamatorio, al inhibir la producción de melanina por los melanocitos.

La luz roja, utilizada en tratamientos anti-edad para reducir arrugas, también puede servir para disminuir las cicatrices del acné. Esto se debe a que activa los fibroblastos que producen el colágeno y la elastina.

La fototerapia presenta varias ventajas, en tanto puede ser utilizada por personas que no pueden someterse a otros tratamientos para el acné, como mujeres embarazadas y lactantes. Además, puede usarse en verano y es otra forma de obtener resultado cuando otros tratamientos han fracasado.

Además, no genera calor ni dolor.

Este tratamiento se realiza en el consultorio dermatológico y requiere de gafas de protección, en tanto la luz utilizada tiene cierta intensidad.

Hacerme un tratamiento médico para el acné, ¿me impide hacerme un tratamiento cosmético?

No, no necesariamente.

De hecho, ambos pueden complementarse.

Sólo hay que fijarse que no hayan contraindicaciones entre los medicamentos y los productos cosméticos que se vayan a usar.

Podés preguntarle de esto a tu dermatólogo, siempre que tenga una mente abierta, para que puede darte la información adecuada.

En su caso, puede que trabajen en conjunto el dermatólogo con el cosmiatra, quien puede asistir al primero y hará los tratamientos de tipo más cosmético, con permiso del dermatólogo.

Conclusiones

El acné es una enfermedad cutánea con varios factores y causas Se la describe actualmente como una patología inflamatoria crónica de la piel. Así, requiere de un tratamiento específico.

Este puede comenzarse en casa o en un gabinete de cosmetología o cosmiatría, pero también puede necesitar tratamiento médico con el dermatólogo.

De esta manera, hay tratamientos de tipo cosmético y de tipo médico. Estos pueden complementarse.

En ambos, se diferenciará el tipo o grado de acné que padezca la persona: leve o comedoniano, moderado o papulo pustuloso y grave o nódulo quístico.

Además del tratamiento, también se pueden tomar medidas para prevenir que aparezca un brote, como mantener cierta rutina de cuidados, cuidar la alimentación o usar productos adecuados.

Lo que necesite cada persona para prevenir y tratar el acné puede variar. Así, no todos experimentarán los mismos desencadenantes. Aún así, hay información que se puede aplicar de manera general en forma de guía.

¿Qué ingredientes naturales te parece que pueden prevenir o mejorar el acné antes de que empeore?

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Este artículo es a fines informativos y no pretende reemplazar al consejo médico.

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