Tradicionalmente, se considera que el café está contraindicado en caso de rosácea. Es decir, cuando se lo ingiere, podría causar un brote, empeorando la enfermedad.
Así, se advierte a las personas que padecen esta patología que eviten el café. Sin embargo, no todo resulta claro en esto.
¿El efecto negativo de la bebida se debe al café en sí o a que se sirve caliente? Como se sabe, la rosácea empeora con las bebidas calientes.
Además, en un estudio del 2018, se vio que quienes tomaban más café, en realidad, tenían menos riesgo de padecer rosácea.
Entonces, ¿qué tan relacionado está el consumo de café con esta enfermedad? ¿La empeora, la mejora, no hace nada?
En este artículo, voy a presentarte este estudio a partir del cual se empezó a cuestionar el supuesto de que el café empeora la rosácea. Y otro más, que aclara cómo el café puede afectarla y cómo no.
El café se encuentra en la lista de lo que se debe evitar cuando se padece de rosácea, junto con otras cosas, como bebidas calientes, comidas picantes o grasosas.
Aunque siempre se ha considerado al café como dañino para la rosácea, no queda en claro por qué esto es así.
Así, se ha relacionado este daño al hecho de que el café suele servirse caliente. Pero también se ha dicho que no tendría nada que ver con la temperatura, sino con un compuesto del café, como la cafeína. *
Aparte de esta, el café tiene efectivamente compuestos que se pueden considerar irritantes o que son ácidos.
Por ejemplo, presenta ácidos carboxílicos, como el ácido láctico, el glicólico, el málico y el fórmico. Este último es especialmente irritante y se encuentra también en el veneno de las hormigas.
Sin embargo, su proporción en el café es muy baja, por lo que sigue sin quedar claro si estos afectarían a la rosácea o no. Tampoco se sabe si pueden afectarla al ser ingeridos en bajas cantidades.
El café también contiene compuestos anti-nutricionales, como el cafestol, el kahweol y los taninos. Estos últimos podrían ser irritantes, aunque también son antioxidantes y antiinflamatorios.
Un compuesto en especial al que se le atribuye el efecto dañino sobre la rosácea es la cafeína. Este es un estimulante nervioso, antioxidante y puede constreñir los vasos sanguíneos.
Se vio que tomar café o té pueden enrojecer la piel en el rostro y exacerbar la rosácea. El elemento común de ambos sería la cafeína, con lo que se dedujo que es esta la que causa el daño.
Además, al ser estimulante, podría agravar situaciones de estrés, lo que, como se sabe, podría ocasionar un brote de rosácea. En estos casos, el café efectivamente la empeoraría.
Pero, dejando al estrés de lado, ¿la empeoraría también?
El café es diurético, lo que puede provocar deshidratación y pérdida de nutrientes. Esto también podría desfavorecer a la rosácea.
Por otra parte, tiene un efecto constrictor en los vasos sanguíneos, algo que, en realidad, la favorecería, ya que se trata de una enfermedad en la cual estos se encuentran muy dilatados.
Otra vez, las cosas quedan poco claras.
De hecho, no se ha identificado con certeza qué compuesto o compuestos en el café podrían empeorar la rosácea. Tal vez sea un conjunto de factores relacionados con la bebida. Tal vez a algunos les hace mal y a otros nada, o a veces sí otras no.
Como mencioné en otro artículo, el café es medio un misterio, por ser una sustancia muy compleja.
Aún así, siempre se ha considerado que se debe evitar en la rosácea.
La cafeína es conocida por reducir la vasodilatación y tiene efecto inmunosupresor, lo que podría potencialmente disminuir el riesgo de rosácea. Sin embargo, el calor del café puede ser un detonante para los brotes de rosácea. La relación entre el riesgo de rosácea y el consumo de cafeína, incluido el consumo de café, es poco comprendido.
Li S, Chen ML, Drucker AM, Cho E, Geng H, Qureshi AA, Li WQ. Association of Caffeine Intake and Caffeinated Coffee Consumption With Risk of Incident Rosacea in Women. JAMA Dermatol. 2018 Dec 1;154(12):1394-1400. doi: 10.1001/jamadermatol.2018.3301. PMID: 30347034; PMCID: PMC6583325.
Como dije, a partir de un estudio del 2018, se ha empezado a cuestionar este supuesto de que el café es malo para la rosácea.
De hecho, este niega que exista una relación entre el café y la enfermedad y que, incluso, la relación es inversa. Por supuesto, se basa en datos que recolectaron.
Así, se estudiaron a 82737 mujeres, las cuales ya estaban establecidas como grupo para investigar desde 1991 y a las que se les hacían seguimiento. Así, cada 4 años se les preguntaba sobre lo que comían y bebían, cuántas comidas al día, con qué frecuencia y el consumo de café, si era descafeinado o no, de té, de chocolate, de gaseosas, de alcohol, de tabaco, actividad física, entre otros factores. También se les preguntaba si tenían rosácea diagnosticada. Tenían en promedio 50 años de edad.
En el 2005, se reportaron 4945 casos de rosácea entre estas mujeres.
Según los investigadores, se observó una relación inversa entre el consumo de cafeína y la rosácea. Es decir, las mujeres que consumían más cafeína, fuera en café, té, gaseosas o chocolate, tenían menos riesgo de desarrollar la enfermedad. Por otra parte, quienes habían estado consumiendo menos cafeína, tenían más riesgos y se habían reportado más casos entre ellas.
La mayor fuente de cafeína era el café y quienes consumían más esta sustancia (y el alcohol) eran de mayor edad.
Sin embargo, hay que aclarar que la relación no es linear, es decir, tomar un poco más de café no va a prevenir más la rosácea. La diferencia se vio al comparar el menor con el mayor consumo.
Así, el estudio dice que el riesgo relativo de rosácea por el consumo de café o cafeína era moderado, o sea, habría una relación. Pero luego dice que el riego absoluto disminuye mucho comparando los que menos consumen con los que más consumen.
Esto se puede ver en los números de las tablas en el estudio:
Así, el consumo mínimo de café (menos de 46 miligramos al día) sí estaba relacionado con menor riesgo de rosácea (tabla 2). Pero si ya se tomaba menos de una porción de café una vez al mes, el riesgo aumentaba mucho. Tomar de 2 a 3 porciones por día también implica un riesgo alto. Tomando café de 1 vez al mes a 4 veces por semana, se veía un menor riesgo respecto a menos cantidad. De 5 a 7 veces por semana, era aún menos. Y el menor riesgo se daba tomando más de 4 porciones al día (tabla 3).
Se concluyó que el mayor consumo de cafeína (especialmente a través del café) estaba inversamente relacionado con la aparición de rosácea y que no se podía sustentar limitar la ingesta de la misma como forma de prevenir la patología.
Es decir, tomar más café no te daría más riesgo de tener rosácea.
Los investigadores dicen que ensayos anteriores fueron inconsistentes en identificar una relación entre el consumo de café o cafeína y la rosácea.
Así, algunos estudios no encontraron diferencia entre distintos consumos de cafeína, otros indicaban un mayor riesgo de padecer rosácea por el mayor consumo de café o tenían a la cafeína como detonante potencial. Uno dilucidó que es más bien la temperatura el factor influyente (me detendré más adelante).
Además, no siempre diferenciaban entre el consumo de café del de cafeína o entre café descafeinado o cafeinado.
Asimismo, los investigadores afirman que este sería el primer estudio que evalúa la relación entre cafeína, café y rosácea en una gran cohorte de personas.
El estudio confirma que sería un conjunto de factores o compuestos en el café lo que afectan la rosácea.
Así, según los investigadores, estos factores podrían ayudar con la rosácea:
Además, se confirma que sería el calor el que ocasiona el efecto negativo y no el café en sí mismo, en lo que me detendré más adelante.
También se consideró que hay compuestos en el café capaces de contrarrestar los efectos del calor de la bebida.
Estos serían los polifenoles, que son antioxidantes, antiinflamatorios y tienen efecto sobre el sistema vascular.
De hecho, son parte del tratamiento para la rosácea. Así, una revisión de estudios del 2017 afirma que hay evidencia suficiente de que los polifenoles son beneficiosos para esta enfermedad. Especialmente, pueden tratar y reducir el eritema, las pápulas y las pústulas.
Asimismo, la cafeína también tendría un efecto beneficioso, en tanto no se encontró esta relación inversa con el café descafeinado. Es decir, este último no disminuye el riesgo de rosácea. Así, la cafeína es un elemento que sería capaz de reducir el riesgo de esta patología.
Agrego que las mejores fuentes de cafeína y compuestos beneficiosos serían el café y el té. No así el chocolate y las gaseosas, que tienen poca cantidad de cafeína y son altamente calóricas.
De hecho, en el mismo estudio se discute brevemente que el chocolate puede efectivamente empeorar la rosácea.
Un estudio de 1981 ya establecía que era el calor de la bebida y no el café en sí lo que detonaba la rosácea.
Este argumenta que el principal y primer síntoma de rosácea, el cual lleva a todos los demás, es el enrojecimiento repentino de la piel o flushing. Por ejemplo, cuando se te ponen rojos los cachetes (zona malar) por tomar una bebida caliente o haber estado expuesta a frío intenso. Este enrojecimiento está acompañado de sofoco, molestia y calor en la cara.
El flushing es definido a los fines de este estudio como el enrojecimiento objetivo de la cara acompañado por el incremento en la temperatura de la piel malar y en el índice de circulación termal malar.
Wilkin JK. Oral thermal-induced flushing in erythematotelangiectatic rosacea. J Invest Dermatol. 1981 Jan;76(1):15-8. doi: 10.1111/1523-1747.ep12524458. PMID: 6450809.
Este flushing llevaría a las telangiectasias, al edema y este, a su vez, al engrosamiento de la piel, el cual causa el rinofima, es decir, el engrosamiento de la piel de la nariz. Cuantas más veces ocurre este flushing, más empeora la rosácea.
El experimento se realizó con 24 voluntarios con rosácea: 5 hombres y 19 mujeres. A estos se les dieron 180 ml de diferentes bebidas: café a 60ºC, agua a 60ºC, café a 22ºC y agua a 22ºC junto a tabletas de cafeína de 200 mg. Luego se mediría el flushing por la toma de cada uno.
Se observó que tanto el café como el agua a 60ºC causaban flushing. Además, ambos lo causaban en la misma medida. Luego de haberse tomado el café o agua caliente, la temperatura en las mejillas siguió subiendo durante unos 12 a 20 minutos.
En cambio, nada de esto se observó con el café a temperatura ambiente (22ºC) ni con la cafeína sola.
Se concluyó que es la alta temperatura de la bebida lo que causa el flushing y no el café ni la cafeína.
Asimismo, criticó el supuesto común en la literatura dermatológica de que la cafeína en el café y el té es lo que causa este efecto y el hecho de que, dado esto, se permitiera beber café descafeinado caliente.
Como la cafeína no causa flushing, no es necesario proscribirla de la “dieta para la rosácea”. Además, el café descafeinado caliente es rechazado como un substituto permitido.
Wilkin JK. Oral thermal-induced flushing in erythematotelangiectatic rosacea. J Invest Dermatol. 1981 Jan;76(1):15-8. doi: 10.1111/1523-1747.ep12524458. PMID: 6450809.
Este par de estudios revierten completamente lo que se pensaba sobre la relación entre el café y la rosácea. Más si se tiene en cuenta que puede que otros estudios que confirmaban la relación entre café y rosácea no hayan tenido en cuenta la temperatura.
Resulta que el café no causaría brotes de rosácea ni aumentaría el riesgo de padecerla, sino todo lo contrario.
En cambio, es la temperatura de la bebida lo que tiene este efecto.
Además, el café presenta compuestos que podrían beneficiarte en caso de padecer de esta enfermedad.
Así, los polifenoles pueden ayudar con la inflamación y la cafeína puede ayudar a constreñir los vasos excesivamente dilatados.
¿Qué te parece? ¿Será como dicen estos investigadores?
Si tenés rosácea, ¿qué experiencia tenés con el café? ¿No le hace nada, lo empeora, lo mejora? ¿A temperatura ambiente está bien?
¡Te leo en los comentarios!
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