A esta altura seguro que ya estás cansada de escuchar y leer lo importante que es usar protector solar.
Ya sabés que es parte de toda rutina básica de cuidados, tanto estéticos para prevenir signos de fotoenvejecimiento como para evitar problemas de salud como cáncer de piel.
Ahora la cuestión es conseguir un protector solar adecuado. Por supuesto, podés usar cualquiera que tengas en casa en un comienzo, pero, a largo plazo, es recomendable comprarte el que te parezca más cómodo de usar y mejor para tu piel.
En este artículo, vamos a ver los diferentes factores que hay que tener en cuenta al elegir una pantalla solar. Vamos a ver características generales que todo protector debería tener, características específicas para ciertos tipos de piel o pigmentaciones, diferentes opciones y, por supuesto, la cuestión del factor de protección.
Antes de comprar un protector solar, hay que tener en cuenta una serie de factores generales. Así, el protector debería ser:
Te cuento más factores a continuación:
Cuando buscás un protector solar y ves un envase que dice “50” y otro “30”, sabés que el primero te protegerá más que el segundo. Pero, ¿qué significa esto realmente?
Se refiere al porcentaje de radiación ultravioleta que bloquea. Así, un FPS 15 bloquea el 93% de la radiación, un FPS 30 bloquea el 97% y un FPS 50 bloquea el 98%.
Además, el número se mide en referencia al tiempo que tardarías en quemarte. Así, si te quemás en 10 minutos sin protección, llevando un FPS 30, tendrás que multiplicar este número por el número de minutos que tardarías en quemarte, para saber cuánto tiempo puedes estar al sol con el protector.
De esta manera, el FPS 30 te permitiría estar 300 minutos bajo el sol o, lo mismo, 5 horas.
Tené en cuenta que este es solo un cálculo aproximado. Así, será menos tiempo en lugares con mucha radiación, como las montañas o los trópicos, en donde hasta se recomienda untarse con protector y reaplicarlo cada 2 o 3 horas, especialmente cuadndo la piel es sensible. Lo mismo si hacés mucho ejercicio o te zambullís al agua.
También dependerá de tu fototipo y del hecho de que no tengas fotoalergia ni cáncer de piel. En estos casos, también, es mejor untarse de protector, usar sombrero y busca la sombra.
El FPS 50, por supuesto, te protegerá un poco más y te permitirá estar más tiempo en el sol que uno de 30.
Se considera el FPS ideal, el que mayor protección puede ofrecer, sin aumentar tanto el precio ni gastar tantos recursos.
Dicho esto, se considera que protectores de FPS mayor a 50 ofrecen poca diferencia o protección agregada. Un FPS 100 no protege al 100%, ya que no existe un protector que logre esto.
Por supuesto, todo lo que mencioné respecto a la protección sólo se cumplirá si se aplica el protector en cantidades y de la manera correcta. De lo contrario, la protección disminuye en gran medida. *
Resumiendo:
FPS | % bloqueo RUV con 2 mg/cm2 de protector | Tiempo bajo el sol si tardás 10 minutos en quemarte |
15 | 93,00 % | 150 minutos o 2 horas |
30 | 97,00 % | 300 minutos o 5 horas |
50 | 98,00 % | 500 minutos o 8 horas |
A acordarse:
Hay más información sobre cómo protegerse del sol en mi artículo Radiación ultravioleta: cómo cuidar más tu piel
¿Hay diferencias entre protectores solares para la cara y para el cuerpo, como sucede con cualquier crema?
De hecho, sí. Esos envases más pequeños con un protector de textura liviana están formulados para la cara. Se diferencia, además, en que lleva activos añadidos, como antioxidantes, calmantes o hidratantes, con el fin de combatir el fotoenvejecimiento.
Algunos activos que se utilizan en protectores solares comerciales para el rostro con:
En cambio, esos que vienen en emulsión en un envase grande, sin activos añadidos, son para el cuerpo. Suelen ser más oleosos y pegajosos.
A los fines de la protección, también podés utilizarlo en el rostro, siempre y cuando no te cause granos. Así que no te hagas problema si estuviste usando el típico protector “Kids” de verano para todo.
A fines de la practicidad y de atender a las diferencias entre la piel del rostro y la del cuerpo, es mejor usar una emulsión de envase grande para el cuerpo y un protector facial para la cara.
También se pueden usar distintos FPS, si tu piel te lo permite y siempre que no te descuides (dados los diferentes precios y cómo el FPS 50 siempre es más caro).
Así, si vas a la pileta o a la playa (o usás ropa muy liviana), se puede usar un FPS 30 para el cuerpo y un FPS 50 para la cara, donde la piel es más delicada.
Por el nivel de actividad y de radiación veraniega en esas situaciones, hay que reaplicárselo cada 2 o 3 horas (sí, puede que no te dure 5 horas).
Además, necesitarás resistencia al agua…
La mayoría de los protectores solares en el supermercado (si no todos, que yo haya visto) tienen resistencia al agua. Esto se debe a que hay una pre-suposición en la industria de que el consumidor medio sólo lo usará en verano y, especialmente, para meterse al agua o hacer ejercicio al aire libre.
En el caso de tener una rutina diaria que requiera la protección contante de la radiación UV, lo usaremos casi todos los días, sea para prevenir el fotoenvejecimiento, evitar las manchas o proteger una piel especialmente sensible al sol (sea por cáncer de piel, fotoalergia, rosácea, etc.)
Si tu estilo de vida implica estar mucho tiempo al aire libre, desarrollando actividades que requieran estar en fuentes de agua, como ríos, lagos o mares, haciendo ejercicio o cualquier acción que te haga sudar, es mejor elegir de esos protectores con resistencia al agua.
Si, en cambio, tu estilo de vida es más tranquilo y simplemente querés algo liviano, que te proteja y que puedas quitarte fácilmente al final del día, puede ser más conveniente uno sin resistencia al agua.
Realmente he notado cómo los protectores con resistencia son difíciles de quitar simplemente lavándose la cara. Y el agua micelar tampoco suele ser suficiente.
Los protectores solares pueden ser de tipo físico, químico o una mezcla de los dos.
Existe cierto debate acerca de cuál de los dos es mejor, cuestión que puede depender de tu situación y de qué ingredientes específicos se usen.
Está compuesto por minerales, los cuales forman una pantalla física de protección. Esta pantalla bloquea físicamente (como un escudo) a los rayos UV, reflejándolos y dispersándolos, evitando que lleguen a la piel.
Dado esto, actúa inmediatamente al aplicarse sobre la piel, formando esta película protectora.
Para fabricarlo, se utilizan el dióxido de titanio y el óxido de zinc.
El dióxido de titanio es considerado un compuesto inerte en la piel, es decir, no generaría ningún tipo de reacción biológica, por lo que se considera seguro.
El oxido de zinc es un compuesto que presenta varios beneficios para la piel, siendo antiséptico, desodorante, astringente, seborregulador. regenerativo y antiinflamatorio, además de protector. Así, se lo utiliza en pomadas para ayudar en la sanación de heridas, quemaduras, picaduras, sarpullidos y dermatitis.
Ambos compuestos son de color blanco y pintan a la piel de este color. De hecho, el dióxido de titanio también es utilizado para fabricar pintura blanca.
Los protectores solares físicos son más humectantes, en tanto sus fórmulas tienden a ser más pesadas. De esta forma se busca contrarrestar la astringencia de los ingredientes activos protectores. Esta formulación también los hace más difíciles de absorber por la piel.
Además, son menos irritantes, con lo que son una mejor opción para piel sensible o con rosácea.
Como el nombre lo indica, está compuesto por químicos, los cuales tienen efecto sobre la piel, es decir, actúan biológicamente en ella.
Estos químicos absorben los rayos UV y los convierten en una pequeña cantidad de calor, que se libera en la piel.
Dado esto, son los que requieren que esperes un tiempo para que haga efecto, antes de salir al sol. Normalmente se recomienda esperar media hora.
Algunos compuestos que suelen utilizarse son:
Algunas de estas sustancias absorben sólo la radiación UVA, otros sólo la UVB y otros las dos. Por esto los protectores químicos suelen tener más de un compuesto que filtra.
Al contrario de los protectores físicos, los químicos son de más fácil absorción, más ligeros y no te dejan blanca. Además, tienen más resistencia al agua.
Como desventaja, las pieles muy sensibles podrían reaccionar a alguno de los compuestos.
Además, hay controversia respecto a la seguridad de estos filtros, especialmente compuestos como la oxibenzona y el octinoxato, que son perjudiciales para el medio ambiente.
Los compuestos específicos que se usen pueden además variar de país a país, dadas las distintas legislaciones.
Muchos protectores solares llevan ambos tipos de protección, es decir, tanto físico como químico.
Generalmente son una mezcla entre químicos y dióxido de titanio.
Se pueden identificar fácilmente porque son del tipo que en el envase indica que debes esperar 30 minutos para que surta efecto, pero que igual te pone blanca.
Leyendo los ingredientes, encontrarás algunos compuestos químicos de los mencionados, junto al dióxido de titanio, pero, la mayoría de las veces, no el óxido de zinc.
Existe una controversia respecto a si son mejores los protectores físicos o los químicos.
Ambos son igualmente efectivos en proteger a la piel de los rayos UV. Sin embargo, no se los considera igualmente seguros.
Este es un tema del que cada vez hay más consciencia, especialmente a partir de la resolución de la Administración de Alimentos y Drogas de Estados Unidos (Food and Drug Administration o FDA) de volver a revisar la seguridad de los ingredientes que había aprobado como filtros solares, en el 2019.
A partir de esto, se revisaron e hicieron más estudios.
Se confirmó que varios de los ingredientes eran absorbidos más allá de la piel y pasaban al torrente sanguíneo. Se encontraban en concentraciones superiores a las establecidas como seguras.
Otros ingredientes químicos aún son inciertos, por lo que tampoco se puede decir que sean seguros.
Así, sólo existen dos ingredientes realmente seguros y efectivos y a los que se les puede dar la categoría de GRASE (safe and effective) según la FDA: el óxido de zinc y el dióxido de titanio.
Es decir, ¡los protectores físicos son los más seguros!
Buscando más, se puede ver, además, que las sustancias utilizadas en los protectores químicos pueden presentar muchas más desventajas en términos de salud y seguridad.
Así, varias, como la oxibenzona y el octinoxato, son perjudiciales para el medio ambiente, especialmente para la vida marina, al blanquear corales* y afectar a las algas y el fitoplancton*.
La oxibenzona, asimismo, es un alérgeno, es un disruptor hormonal, se acumula en los tejidos, se lo ha encontrado en la sangre, orina y en la leche materna, no puede usarse en niños menores de 2 años, aumentaría el riesgo de cáncer, puede irritar el tracto respiratorio, podría disminuir los niveles de testosterona, entre otros. * *
Las otras sustancias utilizadas, como el homosalato, el octocrileno y la avobenzona también se acumulan en el organismo, se los encuentra en la sangre, son disruptores hormonales y pueden causar alergias. *
Así que, si tenemos en cuenta los factores seguridad, salud y medio ambiente, yo creo que los protectores físicos ganan.
Por supuesto, usar un protector químico no necesariamente te va a causar algo malo. O, por lo menos, a simple vista y a corto plazo.
A largo plazo, su uso contribuye a la acumulación de estas sustancias en el ambiente y en el cuerpo de las personas, con efectos inciertos, pero probablemente negativos, dado lo que se ha visto hasta ahora.
Protectores solares químicos | Protectores solares físicos | |
Efectividad | + | + |
Seguridad | – | + |
Salud | – | + |
Medio ambiente | – | + |
El protector con color puede ser una alternativa muy positiva para quienes no están acostumbradas a usar protector solar y, queriendo usar protectores físicos o mixtos, no les gusta el blanco que dejan.
El color hace que te sientas que estás maquillada y sirve casi como una base. Esto motiva su uso.
Además, muchas veces, el color se formula a partir de dióxido de titanio pigmentario y óxido de hierro, con lo que hay una protección física añadida.
Asimismo, se considera que el óxido de hierro puede proteger de la radiación o luz azul de las pantallas de los dispositivos, como computadoras y teléfonos.
El protector con color se elige de acuerdo a tu tono de piel, como su fuera una base.
Se puede notar que, en el mercado, hay más protectores con color para pieles claras que oscuras, lo que tiene sentido desde el punto de vista del consumidor y de producción. Dado que son las pieles más claras las que más lo necesitan y dado el uso extendido del dióxido de titanio en protectores, que, como dije, da color blanco, lo que puede dificultar producir un color más oscuro (y seguro que el dióxido de titanio blanco cuesta menos).
Hay marcas internacionales que ofrecen protectores con color para pieles más oscuras.
Varios maquillajes, especialmente bases, vienen con filtro solar.
Aunque puede parecer útil a tu protección, no suelen ser mayores de FPS 15. Por supuesto, este maquillaje no es reemplazo del protector normal.
Así, si se quiere usar maquillaje con filtro solar, se recomienda que, antes de salir de casa, uses el protector normal y sobre este pongas el maquillaje. Luego, más a la tarde, podés reaplicar sólo el maquillaje.
Por supuesto, si te parece que no lo vale el precio, podés seguir usando protector y maquillaje normales como de costumbre.
También hay cremas humectantes con filtro solar.
Generalmente consisten en algo de dióxido de titanio agregado y un FPS no mayor a 15.
No sirve como reemplazo del protector solar, aunque puede ser útil para alguien que usa cremas humectantes, pero se olvida del protector.
El protector solar puede venir en varios formatos y texturas, como:
El más conocido es el protector tipo emulsión, sea en crema (más densa) o loción (más liviana). Y también puede considerarse el más adecuado en general, ya que permite controlar mejor la cobertura, al poder verse en la aplicación cuánto te estás poniendo y dónde. Así, puede garantizar una mejor protección, pues es mas fácil darse cuenta si está bien aplicado o no.
Con el protector en spray puede ser algo mas difícil darse cuenta si se logra o no una buena cobertura y hay menos control respecto a las zonas donde cae. Así, para protegerte de manera segura con este, hay que ser muy meticulosa.
Sin embargo, les ví más utilidad para el cuerpo de hombres peludos (muy peludos), en que el protector en emulsión no puede expandirse.
Su aplicación también requiere tener cuidado, para evitar inhalarlo.
Los protectores en polvo suelen ser minerales y sirven para dar retoques. Muchas veces, llevan color y pueden usarse como maquillaje. Aunque parezcan polvo para base, pueden tener FPS 50.
Con el protector en barra me refiero al labial que se usa para proteger los labios. Esta es una zona que se suele olvidar, pero que, por su naturaleza (carece de estrato córneo) requiere más protección.
Por último, el protector en gel es un formato relativamente nuevo, que se recomienda para las pieles grasas.
Como algunas aquí seguro ya han comprobado, el protector solar puede generar granos o comedones.
Incluso aunque el producto diga que es no comedogénico, puede que te haya salido alguno. Esto se debe a esa textura espesa y aceitosa que muchos protectores tienen.
Así, si tenés piel grasa, hay que fijarse que el producto sea sin aceites.
Los protectores, ademas, pueden ser de toque seco, con lo que se evita la sensación de oleosidad y el brillo.
Existen protectores especiales para bebés, los cuales pueden usarse a partir de los 6 meses.
Su principal característica es que son de tipo físicos, para evitar causar cualquier tipo de irritación.
Además, puede que vengan en envase más pequeño.
Los protectores en emulsión, ademas, pueden tener diferentes texturas.
Así, pueden ser más ligeros y fluídos, como las lociones, o más densos, como las cremas.
A una piel más grasa puede convenirle uno de textura ligera o fluida, esto es, una loción. Mientras que una seca se beneficiaría más de una con textura mas densa, como una crema.
Los protectores en spray pueden presentar una salida del producto más fuerte o propulsada, o más suave, como una neblina (mist).
Para elegir el protector solar más adecuado, hay una serie de factores a tener en cuenta. Por supuesto, lo más importante va a ser que obtengas la protección que necesites.
Como características generales, hay que fijarse si el protector solar es de amplio espectro, hipoalergénico, sin fragancias, no comedogénico y dermatológicamente testeado.
Lo más adecuado es usar un protector de FPS 30 o 50. Menos de FPS 15 no brinda mucha protección y a más de FPS 50 no hay mucha diferencia.
Podrás elegir entre protectores físicos, químicos o mixtos. Los físicos repelen los rayos UV y los químicos los absorben. Los mixtos son los más comunes que se venden para el verano.
Tanto los protectores físicos como químicos son efectivos, pero los físicos son más seguros, aptos para pieles sensibles y amigables con el medio ambiente.
Además, podés optar por un protector distinto para la cara y otro para el cuerpo. Los protectores faciales tienen activos añadidos para combatir el fotoenvejecimiento.
Lo protectores con resistencia al agua son ideales para ciertas situaciones, como vacaciones en la playa, o estilos de vida activos. Mientras que los sin resistencia son más fáciles de quitar al final del día.
También podrás elegir según la textura, siendo los protectores fluidos mejores para la piel grasa, mientras que los más densos son mejores para la seca.
De los distintos formatos en el mercado, el típico protector en emulsión resulta la mejor opción para asegurar una buena protección.
También hay protectores solares especiales para la piel grasa, libres de aceites y con toque seco.
No reemplazar el protector con cremas ni maquillajes, los cuales no brindan una protección mayor a FPS 15.
En cambio, podés usar un protector con color, que hace que te sientas maquillada, motivando su uso.
¿Tenés un protector solar favorito, andás probando o te da igual?
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