mujer con piel brillosa
Cómo es la piel

¿Cuál es mi tipo de piel? Piel seca, mixta, grasa y normal. Cómo reconocerlas y cuidarlas

En este artículo te voy a contar sobre el biotipo, es decir, tu tipo de piel.

Con el biotipo se indican los desequilibrio cutáneos (o falta de ellos) que se pueden tener. Estos desequilibrios estarán referidos a la cantidad de sebo de la piel o de zonas de ella.

Hay cuatro tipos de piel: seca, mixta, grasa y normal.

Además, te voy a dar algunos consejos generales sobre su cuidado.

Empecemos:

La piel seca

Las características de este tipo de piel son:

  • Es una piel fina
  • Opaca y sin brillo, color mate
  • Poros poco visibles o cerrados
  • Puede verse más rugosa
  • Puede tener tendencia a agrietarse
  • Puede sentirse tensa
  • Es más propensa a irritarse, al enrojecimiento y al escozor
  • Envejece más rápido
  • Suele ser más sensible a los factores climáticos, como frío, viento o calor

Este tipo de piel puede resultar de factores internos o externos.

Internamente, la piel seca se debe a una disminución en la actividad de las glándulas sebáceas, con lo cual estas tienen menos secreciones. En este caso, se deberá investigar la causa de tal disminución para tratarla de manera completa.

También puede deberse a la alteración o disminución de los lípidos en las células de la capa más externa de la piel, lo que provoca que haya una mayor pérdida de agua.

Otra causa interna es la falta de precursores, como la filagrina, una proteína estructural fundamental para el desarrollo y mantenimiento de la barrera cutánea. Los precursores actúan para retener el agua y mantener hidratada la piel, por lo que su falta lleva a la sequedad. La escasez de filagrina, por ejemplo, puede estar causada por un incremento excesivo en el ph de la piel. *

Ciertas enfermedades cutáneas también causan resequedad, como la ictiosis, la psoriasis y las dermatitis secas que causen una hiperqueratinización, como la queratosis pilaris en las piernas.

Los factores externos que generan una piel seca pueden ser agresiones como el frío, el viento, el calor seco persistente, como el que se produce por la calefacción, el exceso de radiación UV, que puede causar resequedad e hiperqueratosis, el uso excesivo de jabones y detergentes sobre la piel, el agua muy caliente y los productos alcalinos, que aumentan el ph cutáneo e inhiben la capacidad de la epidermis de retener el agua.

chica pelirroja con un tipo de piel seco

Como la piel grasa, la piel seca se puede clasificar en dos, dependiendo del estado al cual lleguen. Estos son:

Piel alípica o alipídica

Esta piel se caracteriza por prácticamente carecer de sebo o lípidos, de ahí su nombre.

Sus características son:

  • Muy fina
  • Áspera al tacto
  • Aspecto mate, sin brillo ni luminosidad
  • Falta de elasticidad
  • Poros muy poco visibles o cerrados
  • Tendencia a formar arrugas
  • Las líneas de expresión pueden ser más visibles
  • Tendencia a descamarse
  • Mayor sensibilidad a agentes externos, lo que provoca rojeces y descamación
  • Puede ser intolerante a los jabones
  • Tiene poca resistencia a los cambios climáticos
  • El color del cutis suele ser de un blanco rosado
  • No desarrolla comedones (granos)

Piel deshidratada

Esta piel se caracteriza por sufrir de una alteración que le impide retener el agua, la cual, entonces, se evapora por acción de agentes externos.

Sus características son:

  • Muy fina
  • Áspera al tacto
  • Tendencia a descamarse
  • Aspecto mate, sin brillo ni luminosidad
  • Tiene poca resistencia a los cambios climáticos
  • Puede ser intolerante a los jabones
  • Tendencia a formar arrugas y surcos
  • Sensación de tirantez
  • Poros poco visibles
  • Disminución de las glándulas sebáceas y sudoríparas

Cuidados para la piel seca

Debido a la debilidad o falta de una barrera lipídica, las pieles secas se benefician de las cremas gruesas y oleosas.

Así, si este es tu tipo de piel, podés usar emulsiones con un alto porcentaje de aceites, como las cremas nutritivas.

También tené en cuenta ingredientes como la urea y el ácido hialurónico, de gran poder hidratante. La glicerina también tiene esta propiedad y se encuentra en la mayoría de los productos cosméticos.

Asimismo, es una piel que puede beneficiarse de aceites gruesos, como aceite de coco, manteca de karité, aceite de oliva, aceite de palta, aceite de ricino o aceite de girasol.

Tener una rutina anti-age desde temprano también puede ayudar a prevenir parte del marcado envejecimiento que sufre este tipo de piel. El retinol , sin embargo, no siempre es recomendable, ya que puede resecar y causar descamación.

Para la limpieza, pueden convenirle las emulsiones o leches de limpieza, que serán suaves con la piel y evitarán eliminar la barrera lipídica que exista.

En cuanto a la limpieza del cuerpo, se recomienda usar un aceite de ducha o un jabón cremoso.

No es recomendable exfoliarla demasiado. La exfoliación puede realizarse una vez cada 15 días o una vez al mes, si se realiza, según que tan seca sea la piel.

Si se observa una reacción desfavorable por la exfoliación, es mejor no hacerlo.

La piel alípica no debe exfoliarse.

Puede realizarse un peeling en la piel seca, pero se recomienda que sea con alfahidroxiácidos (AHAs), los cuales tienen la capacidad de hidratar. No se recomiendan los peelings físicos.

También es muy importante el uso de un protector solar. No habrá problemas con usar uno que tenga aceites o sea de textura oleosa.

Un protector facial además puede añadir activos favorables, como la alantoína, derivada de la urea, aloe vera o pantenol, precursor de la vitamina E y regenerativo.

Piel grasa

¿Cómo saber si tenés piel grasa?

Las características de la piel grasa son:

  • Su espesor es grueso
  • Suele ser más resistente que otros biotipos
  • Los poros se encuentran dilatados, es decir, tienden a abrirse y verse bastante grandes
  • Se ve brillosa
  • Es más propensa a desarrollar acné
  • Su textura puede ser irregular
  • Su envejecimiento es más lento, en tanto que las arrugas tardan más en aparecer

Si, por ejemplo, tocás cualquier zona de tu cara y la sentís como aceitosa, es probable que tengas piel grasa. También si notás que tus poros se ven muy grandes en el espejo.

Además, si tenés o tuviste mayor propensión a que te salieran brotes de acné, también puede deberse a un tipo de piel grasa.

En el lado positivo, es probable que tu piel se vea joven por más tiempo que otros biotipos y sea algo más resistente a las agresiones del clima.

Asimismo, la piel grasa suele clasificarse en dos subtipos, los cuales, en realidad, se refieren a dos patologías que esta puede padecer. Estos son:

mujer rubia con tipo de piel graso

Piel acneica

Este subtipo se refiere a una piel grasa que tiende a sufrir de acné.

El acné puede definirse como una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, que se caracteriza por la presencia de 4 causas: exceso de sebo, hiperqueratinización, inflamación y colonización bacteriana.

Estos factores llevan a la aparición de ciertas lesiones, que caracterizan al acné, como son los comedones, las pápulas, las pústulas, los quistes y los nódulos, dependiendo del grado de gravedad de la patología.

No se conoce exactamente por qué aparece esta enfermedad, pero se considera que tiene que ver con una predisposición genética y desequilibrios hormonales. También se la ha relacionado con un sistema inmune más débil.

Hay distintos elementos que pueden detonar un brote, como el estrés, el consumo de ciertos alimentos, el tabaquismo, el uso de cosméticos inadecuados (muy oleosos o comedogénicos), medicamentos androgénicos, entre otros.

Puede que se vaya “con el tiempo”, pero, en realidad, se encuentra siempre de manera latente, pudiendo aparecer un nuevo brote en otro momento.

Para saber más sobre el acné, los distintos factores que lo generan, los tipos de acné y cómo cuidarse, leé el artículo sobre 5 cosas que tenés que saber del acné en este blog.

Piel seborreica

Se refiere a una piel con un exagerado exceso de sebo, de manera que sufre de dermatitis seborreica. Esta, como el acné, es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel.

Se caracteriza por.

  • La presencia de caspa, tanto en el cuero cabelludo, como en cejas y vello facial
  • Manchas grasosas de piel, que pueden estar cubiertas de escamas amarillas o blancas, en distintas zonas del cuerpo, como cuero cabelludo, a los costados de la nariz, párpados, pecho, ingle
  • Enrojecimiento de la piel
  • Picazón

La aparición de estos síntomas tiene que ver con el exceso de sebo, la colonización bacteriana, posiblemente por una bacteria llamada Malassezia, y la inflamación crónica.

Al igual que el acné, también está relacionado con un sistema inmune debilitado y ciertos factores que debilitan la inmunidad pueden ser detonantes, como el estrés.

También puede irse “con el tiempo”, estando la enfermedad de manera latente. *

Cuidados para la piel grasa

Como se puede deducir, la piel grasa requerirá de mayor limpieza que otros biotipos, dada la mayor cantidad de grasa que se acumula sobre la epidermis.

Así, si este es tu tipo de piel, podés usar geles de limpieza, jabones faciales, agua micelar o espuma de limpieza. De estos, la espuma puede considerarse el producto más fuerte. Este, aunque podría dañar una piel seca e incluso una mixta, puede ser resistido en una grasa.

Como siempre, no te pases con la aplicación del producto; recordá que debe haber una barrera de lípidos sobre la piel. De esta forma, aunque es un biotipo que tiende a ensuciarse más, digamos, tampoco hay que pasarse con la limpieza, en tanto podría llegar a irritar la piel y causar una reacción, como la aún mayor producción de sebo.

Dicho esto, se deberían evitar las leches y emulsiones de limpieza, en tanto podrían provocar granos.

De la misma manera, también deben evitarse las cremas, especialmente si son muy gruesas. Para la hidratación que requiere la piel grasa, se recomienda el uso de geles.

Para la humectación, puede usarse el aceite de jojoba, en tanto no es un aceite en sí, sino una cera vegetal.

El protector solar deberá ser sí o sí sin aceites, no comedogénico. También se suele ofrecer de ”toque seco” y “efecto mate”, para quitar el brillo excesivo de la piel grasa.

Este tipo de piel puede exfoliarse más, ya que es más resistente. Por ejemplo, de 1 a 2 veces por semana.

Sin embargo, no hay que exfoliar nunca en caso de brote de acné.

A este biotipo también lo beneficia el uso de mascarillas secativas, con otras propiedades agregadas. Como las mascarillas de arcilla o de fango, las cuales eliminan el exceso de sebo, equilibran la producción sebácea, aportan minerales y pueden tener efecto anti-age y antiinflamatorio, según el tipo de producto que se use.

Asimismo, se recomienda el uso de carbón activado. Tené en cuenta que este tiene como principales propiedades las de absorber el sebo y desintoxicar la piel. No aportará nada más extra, al contrario de los fangos y arcillas.

También existen productos peel-off en el mercado indicados para la piel grasa. Sin embargo, no es en realidad recomendable usarlos, ya que el tironeo te puede dañar la piel, al estresarla. Es un maltrato que, aunque lo resistas en el momento, te puede afectar a largo plazo.

Los peelings en general, sean químicos o físicos, pueden ser muy beneficiosos y ayudar a prevenir el acné.

Si te sale acné, tené en cuenta que esto es una enfermedad de la piel, que se caracteriza por la presencia de inflamación crónica y colonización bacteriana, además del exceso de sebo.

Así, no te rasques, ya que se irrita más la piel, y no te pases la mano de un lado al otro de la cara, pues estarías esparciendo las bacterias. Podés usar activos antiinflamatorios, como la manzanilla o el hamamelis, y secativos, como el ácido salicílico.

Es importante que no hagas nada agresivo con la piel, ya que se encuentra debilitada, literalmente con un sistema inmune deficitario.

Podés acudir a una cosmiatra o al dermatólogo, si ves que empeora.

Para más consejos, leé el artículo sobre el acné y el artículo sobre el cuidado de la piel grasa en este blog.

La piel mixta

¿Cómo reconocer si tenés una piel mixta?

Las características de este tipo de piel son:

  • Características de piel grasa y de piel seca en diferentes zonas del rostro
  • Comúnmente, la zona T presenta un biotipo graso
  • Normalmente, el resto del rostro, como la zona malar (mejillas o cachetes), presenta un biotipo seco
  • La zona malar también puede presentar una piel normal, mientras la zona T es grasa (piel mixta a grasa)
  • También puede que la zona malar sea seca y las zona T normal (piel mixta a seca)
  • Se puede deshidratar con facilidad
  • Puede envejecer precozmente en las zonas de párpados y labios, debido a que la piel de esas zonas es la más fina y donde hay menos secreción lipídica y protección.

Así, tendrá zonas donde el cutis es más grueso, oleoso y con brillo, donde además habrá mayor tendencia a desarrollar comedones, es decir, puntos negros y blancos.

Y zonas donde habrá una menor protección lipídica y, por lo tanto, tenderán más a la deshidratación y otras afecciones como la descamación y las rojeces.

Debido a estas propiedades, será algo compleja a la hora de tratar para que alcance el equilibrio.

Asimismo, cuanto más desequilibrada esté la piel, más grande será el contraste entre zonas grasosas y zonas secas, o sea, las zonas secas serán bastante secas y las grasas, muy oleosas. De la misma manera, cuanto más cercana al equilibrio esté, habrá cada vez menos diferencia entre las zonas, es decir, las zonas secas ya no serán tan secas y las zonas grasas serán menos oleosas.

Por otra parte, también existe la variación de que existan zonas normales y zonas secas o zonas grasas. Esta piel también está más cerca a cierto tipo de equilibrio, pero tendrá tendencia a ser más seca o más grasa.

mujer con tipo de piel mixta

Cuidados para una piel mixta

Una estrategia que recomiendan algunas cosmetólogas para cuidar este tipo de piel es realizar un doble protocolo. Es decir, tratar a las zonas grasas y a las zonas secas por separado.

Así, los productos indicados para las zonas secas, como emulsiones de limpieza y cremas oleosas, podrían utilizarse en las zonas secas de la cara.

Y los productos para piel grasa, como geles de limpieza y gel para la hidratación, podrían usarse para las zonas grasas.

Esto dependerá, sin embargo, de cuánto desequilibrio exista.

Por ejemplo, si las sequedad de las zonas secas es leve, tal vez una crema muy densa no sea el producto más adecuado. Podría bastar con una emulsión de textura media.

De la misma manera, si la zona grasa no lo es tanto, no sería tan bueno usar espuma de limpieza, que podría ser muy fuerte. Un gel de limpieza o un jabón facial suave podría ser mejor.

Asimismo, hay ciertos productos que pueden servir para ambas zonas, como el agua micelar. Esta limpia, hidrata y tonifica. No genera granos a la piel grasa ni irrita la piel seca, ya que es un agua.

Los tónicos y aguas herbales también pueden usarse para ambas zonas.

Además, hay productos que especifican que son para piel mixta, como ciertas cremas. Sin embargo, si podés usarlas o no dependerá, de nuevo, de que tanto desequilibrio exista. Así, si las zonas grasas son muy oleosas, es probable que no puedas, pues no te convendrá usar emulsiones en esa zona.

Lo mismo sucede en el caso de que tengas una piel con tendencia normal a grasa (zonas normales y zonas grasas).

En definitiva, los cuidados que se le pueden dar a la piel mixta dependerán mucho de lo que observes sobre ella.

En regla general, si tiende más a ser seca, tu rutina se parecerá más a la de las pieles secas. Y, si tiende a grasa, se parecerá más al de las pieles grasas. La diferencia es que tal vez no tengas que usar tanto los productos más fuertes para esos biotipos.

Asimismo, si hay más desequilibrio, los productos que uses pueden ser algo más fuertes y el protocolo más diferenciado (más doble, digamos). En cambio, si hay más tendencia a la normalidad, los productos serán más medios (ni muy pesados ni muy livianos).

Esto también se aplica a la frecuencia de los peelings y la aplicación de mascarillas.

Podés leer más consejos sobre el cuidado de la piel mixta en este blog.

La piel normal

¿Cómo reconocer una piel normal?

Estas son sus características:

  • Se encuentra bien hidratada
  • Es luminosa, el brillo es moderado
  • Las secreciones sebáceas son suficientes y la cantidad de lípidos es equilibrada
  • Existe un equilibrio entre el contenido de agua y el de lípidos
  • Se siente suave al tacto o aterciopelada
  • Es una piel tersa y de aspecto fresco
  • Es flexible, elástica
  • Los poros son imperceptibles
  • El color es uniforme, es decir, no presenta irregularidades

Como ves, este es un biotipo ideal. También se la llama piel eudérmica, esto es, una piel equilibrada y bien cuidada.

¿Se puede llegar a tener una piel eudérmica?

¡Sí!

De hecho, ese es el punto de los cuidados en los demás biotipos cutáneos: llegar a un estado de equilibrio en que el cutis se presente saludable y de buen aspecto.

Por supuesto, no siempre es fácil. Por eso también digo que la piel normal es un ideal, esto es, algo que se debe tener en miras o como objetivo, incluso, cuando se planea un protocolo y se realizan los cuidados diarios.

Cuidados para la piel normal

Una piel normal y equilibrada también requiere cuidados básicos.

Empezando por la limpieza diaria, esta puede realizarse simplemente con agua micelar, jabón facial o gel de limpieza. Son preferibles los productos suaves (nada ni muy fuerte ni muy oleoso).

Puede mantenerse humectada con una emulsión liviana, gel hidratante, tónico o aceites naturales, en tanto no sean demasiado densos, como el aceite de jojoba o el aceite de almendras.

También le conviene utilizar un protector solar libre de aceites o que, en todo caso, no sea muy denso.

El principio que rige en el cuidado de la piel normal es no desequilibrarla. Esto puede suceder si se utilizan productos muy fuertes, como los limpiadores para piel grasa, o muy oleosos, como cremas densas o aceitosas.

En el primer caso, podría resecarse, generando una piel seca, y, en el segundo, podría generar una piel oleosa o hacer que aparezcan comedones.

Esta piel puede exfoliarse 1 vez por semana o cada 15 días.

Conclusiones

Según el desequilibrio sebáceo que presenten (o no) los tipos de piel son 4: seco, mixto, graso y normal.

Es importante conocer sus características, para así poder reconocerlos y saber cómo cuidarse.

Esto podrá prevenir o mejorar las diferentes afecciones típicas de cada biotipo, como acné, para la piel grasa, o descamación y tirantez, para la piel seca.

Además, tener los cuidados adecuados permite, a largo plazo, equilibrar el biotipo, para que llegue lo más cercano posible al ideal de la piel normal.

Esto es, a una piel luminosa, suave, tersa, elástica, fresca y equilibrada.

¿Ya conocés tu tipo de piel?

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