crema con dióxido de titanio blanca
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¿Es seguro el dióxido de titanio? ¿Por qué está en mi crema?

¿Alguna vez te has sorprendido de ver entre los ingredientes de tu crema humectante, de tu labial o de tu maquillaje al dióxido de titanio como ingrediente? ¿Por qué mis cosméticos tienen titanio?

De hecho, existe una amplia gama de productos para el cuidado de la piel que lo contienen desde hace décadas. Cremas, maquillaje, protectores solares, polvos para la cara, pasta dental, pomadas, labiales y más.

En este artículo te voy a contar más sobre este versátil y controvertido ingrediente y su seguridad.

Primero…

¿Cómo es el titanio?

El titanio es un metal color gris, de gran dureza, baja densidad y muy resistente a la corrosión, por ejemplo, por ácido sulfúrico, ácidos orgánicos, cloro o por el agua de mar. De hecho, su resistencia es comparable a la del platino.

Además, es el séptimo metal más abundante en la Tierra y suele aparecer unido con otros minerales. Los más importantes comercialmente y de los que se extrae el titanio que se usa en el mundo son el rutilo y la ilmenita.

Dióxido de titanio

El dióxido de titanio (TiO2) resulta de la reacción del titanio con el oxígeno, lo que sucede de manera natural en los minerales en que se encuentra.

La ilmenita, especialmente, contiene entre 40% y 60% de dióxido de titanio.

Su extracción puede realizarse con sulfuro o con cloruro, siendo más utilizado el primero. Así, en la Unión Europea, donde se usa el sulfuro en el 70% de los casos, se están buscando formas de mejorar el proceso para disminuir la cantidad de residuos que genera.

Presenta como características ser de un color blanco puro, es refractante (dispersa la luz), brillante, con un punto de fusión alto, teniendo así gran resistencia al calor, se encuentra siempre en estado sólido en la naturaleza, es insoluble en agua, dispersa y absorbe los rayos UV (actividad fotocatalítica), puede reducir los contaminantes aéreos, es insípido e inodoro.

Puede presentarse en forma de partículas milimétricas, de un color blanco (la mayoría del TiO2 producido), o como nanopartículas, en cuyo caso, es incoloro y dispersa mejor los rayos UV. *

¿Es seguro el dióxido de titanio?

Sí. El dióxido de titanio normal, en partículas pigmentarias blancas, es seguro aplicado de manera tópica, es decir, sobre la piel.

Se ha utilizado durante más de 100 años para distintos usos y se considera inerte, es decir, que no produce reacciones biológicas.

Sin embargo…

¿Por qué se habla del dióxido de titanio como algo peligroso?

Hay tres formas en que el TiO2 es o puede ser peligroso:

  • En nanopartículas
  • Por la ingesta
  • Por la inhalación

Nanopartículas

Las nanopartículas son una tecnología relativamente nueva, inventada en los ‘90. *

Se trata de unas partículas muy pequeñas, de entre 1 y 100 nanómetros, lo que permite al TiO2 adquirir otras propiedades. Así, se vuelve transparente y, aunque ya no refleja la luz, absorbe los rayos UV de manera más eficiente.

Las principales preocupaciones respecto a las nanopartículas son dos. Por un lado, que pueden generar especies reactivas de oxígeno que alteran el ADN y pueden provocar cáncer. Por el otro, la posibilidad de que, al ser tan pequeñas, traspasen la epidermis.

Se hicieron estudios in vitro y con ratas en los que se observó que las nanopartículas de TiO2 pueden penetrar la epidermis.

En un estudio del 2008, se vió que las micropartículas lograron ingresar en la estructura de fibroblastos y melanocitos, aunque no en los queratinocitos o glándulas sebáceas, al realizarse las pruebas en células dérmicas in vitro, es decir, en las células de la piel aisladas en un laboratorio.

Sin embargo, el estudio también afirma que no se vio traspaso por la epidermis del TiO2 en pieles sanas, con lo que el riesgo existiría para aquellas que se encuentran debilitadas (por ejemplo, por dermatitis).

Así, un estudio en ratones del 2009 encontró que las nanopartículas de TiO2 pueden agravar las lesiones de la dermatitis atópica y ser un desencadenante o agravante para enfermedades cutáneas.

Por otra parte, otro estudio del 2009 considera que son necesarias más investigaciones para lograr evaluar completamente la seguridad de las nanopartículas de TiO2, especialmente cuando hay quemaduras solares y ante la exposición a los rayos UV.

Otro estudio más del 2009 testeó los efectos de las nanopartículas de ToiO2 ingeridas por ratones en el agua. Se observaron notables alteraciones en el ADN, con rompimiento de cadenas, y la aparición de inflamación.

En el 2010, se realizó un estudio en el que se observó que las nanopartículas serían capaces de traspasar la epidermis. Así, voluntarios usaron un protector solar a base de óxido de zinc durante 5 días y estuvieron al aire libre. Unos usaron uno de nanopartículas y otros uno de partículas. Se detectó en la orina y la sangre cantidades de óxido de zinc, las cuales eran significativamente mayores luego del uso del protector con nanopartículas respecto al de partículas. Además, la cantidad era mayor en mujeres que en hombres (no se supo por qué). Todo esto sugeriría que el compuesto había sido absorbido por la piel y pasado al torrente sanguíneo.

Un estudio del 2011 arguyó que las nanopartículas tienen actividad fotocatalítica, es decir, absorben los rayos UV y luego los dispersan, de manera que efectivamente generan especies reactivas de oxígeno, lo que podría ser dañino, al alterar la estructura del ADN e inducir el cáncer. Sin embargo, se hace referencia a estudios previos que sugieren que esto no es relevante, ya que aún así no suelen penetrar más allá del estrato córneo, o sea, no traspasan la epidermis.

Además, en el cuerpo hay mecanismos que protegerían contra los posibles efectos citotóxicos de las nanopartículas, como los macrófagos. *

Un estudio del 2016 llegó a casi las mismas conclusiones que los anteriores en cuanto a la seguridad de las nanopartículas de TiO2 en los protectores solares.

Se refirió a otros estudios, indicando que la evidencia de que las nanopartículas traspasan la epidermis es contradictoria. Así, mientras en ciertos estudios se llega a la conclusión de que no pasa más allá del estrato córneo o de la capa lúcida, en otros se observa un aumento de óxido de zinc en la orina de voluntarios, luego de usar un protector solar con nanopartículas de este compuesto, o que las nanopartículas son capaces de inducir una respuesta inmunitaria.

El estudio concluye que hacen falta más investigaciones, que el riesgo de daño por las nanopartículas, conforme la evidencia existente, es muy bajo y que los beneficios de usar protector solar superan cualquier riesgo potencial.

Según un estudio del 2018, las nanopartículas resultan más tóxicas que las partículas normales, debido a su mayor reactividad, dado que pueden adherirse a las células y a las organelas celulares y causar daño, al producir especies libres de oxígeno. El estudio se había realizado en diversos organismos, como algas, plantas y animales, pero no en humanos o células humanas.

Un estudio del 2019 encontró más evidencia de que las nanopartículas pueden ser absorbidas por la piel. En este, se indicó a voluntarios que usaran protector solar con nanopartículas de TiO2 durante 3 días, en las cantidades indicadas por el fabricante, lo que es mayor a lo usado normalamente. Se estudiaron los biomarcadores en orina, sangre y plasma, con el uso solo del protector, con el uso del protector y la exposición a radiación UV, a través de una cama de bronceado, y con la exposición sola a radiación UV.

No se observó que las nanopartículas hicieran daño o aumentaran considerablemente el estrés oxidativo por sí mismas. Pero tampoco logró reducir notablemente el estrés oxidativo ante la exposición UV. Es decir, conforme los resultados, se cuestiona la capacidad de las nanopartículas de TiO2 para proteger contra el daño causado por la exposición UV, excepto para prevenir quemaduras y enrojecimiento.

Se encontraron nanopartículas de TiO2 en la sangre y orina de los voluntarios, especialmente de las mujeres. Esto indicaría que las nanopartículas fueron absorbidas por la piel, confirmando el estudio del 2010 con nanopartículas de óxido de zinc.

Así, las nanopartículas habían sido capaces de traspasar la piel sana. Se dedujo que podrían haber pasado a través de los poros, glándulas sebáceas, folículos pilosos o de los pliegues de la piel.

Este sería el primer estudio en probar que las nanopartículas de TiO2 son capaces de penetrar la piel. Dada su novedad y la ambigüedad de resultados en investigaciones anteriores, se indicó la necesidad de más estudios que confirmen sus resultados.

Posteriormente, un estudio del 2020, también realizado durante 3 días con protector solar con nanopartículas, concluyó que este podría tener efectos secundarios, como un aumento de la inflamación y estrés oxidativo, debido a la absorción de estos compuestos.

En conclusión, a pesar de la disparidad entre estudios, se puede afirmar que las nanopartículas son dañinas, comparadas con las partículas normales. Además, según las investigaciones más recientes, podrían traspasar la piel, llegando al torrente sanguíneo, y no proveen suficiente protección contra los efectos negativos de la radiación UV.

los cosméticos con dióxido de titanio en nanopartículas no se vuelven blancos y no te dejan blanca

Ingesta

Otra forma en que el TiO2 puede causar daño en el organismo es por medio de su ingesta. Esto se da a partir del uso de este compuesto como aditivo en numerosos alimentos y productos de higiene. Así, se lo puede encontrar en dulces y confitería, sustitutos de crema para café, yogures, dulces, polvos para hacer jugo o agua saborizada, chicles, helados, salsas, caldos, sopas. También se encuentra en la pasta dental, fármacos, suplementos alimentarios, tabletas y pastillas.

La función como aditivo es más que nada estética, en tanto vuelve el color de estos productos más brillante, refulgente y, en su caso, da el color blanco (como en la pasta dental).

Su INCI (cómo lo podés encontrar nominado en la lista de ingredientes) es E171.

El uso alimentario se había aprobado en Estados Unidos en 1960 y en la Unión Europea en 1970. En años recientes se han revisado y hecho más estudios sobre su seguridad alimentaria, siendo reconsiderado su uso en diversos países.

En el 2010, la OMS recalificó al dióxido de titanio como un posible cancerígeno para los humanos, en base a los estudios hechos en animales anteriormente.

A partir de estudios recientes, el uso del TiO2 como aditivo se cuestionó cada vez más.

Así, según estudios del 2015, las nanopartículas de TiO2 interactúan con las mucosas de la boca al ser ingeridas. Son capaces de penetrar las mucosas bucales en diferentes profundidades, según el tamaño de la nanopartícula. Además, ciertos tipos de nanopartículas provocaron la generación de especies reactivas de oxígeno. De esta manera, se pudo ver que el TiO2 ya implica un riesgo apenas puesto en la boca.

Un estudio del 2017 buscó averiguar los efectos de las nanopartículas de TiO2 en el tracto intestinal humano, dada la gran prevalencia de este compuesto en productos alimenticios, siendo ya casi inevitable su consumo.

Se reprodujo un modelo in vitro del epitelio del intestino delgado a partir de un cultivo de células y se lo expuso a distintas cantidades del compuesto.

Se observó que la exposición al TiO2 perjudicaba notablemente el transporte de zinc y hierro, la absorción de ácidos grasos y la actividad de las enzimas. Además, disminuía la cantidad de proteínas transportadoras de nutrientes y de microvilli o microvellosidades, encargadas de la absorción de nutrientes. También provocó respuestas post-inflamatorias.

Así, se puede decir que el TiO2 es capaz de alterar negativamente la capacidad de absorción de nutrientes del intestino.

Un estudio del 2020 observó los efectos de la ingesta de nanopartículas de TiO2 en ratas. Se vio que el compuesto tuvo un impacto en el metabolismo de los lípidos, disminuyendo la cantidad de metabolitos lipídicos. También incrementó la cantidad de radicales libres de oxígeno, disminuyó la actividad de una enzima antioxidante y se dio la acumulación de productos de la peroxidación de lípidos.

En el 2020 también se publicó una revisión de estudios, buscando identificar las investigaciones toxicológicas más recientes respecto al TiO2 como aditivo alimentario (E171), para contribuir a la evaluación de su riesgo.

Se concluyó que, conforme a la evidencia, puede suscitarse preocupación por los efectos del aditivo E171 en la salud humana a largo plazo, dada la exposición continuada al mismo. En especial en niños, dada su menor masa corporal y desproporcionada exposición (por el consumo de caramelos, postres y otros productos con colorantes).

En animales, la exposición crónica había causado la bioacumulación del TiO2 en los órganos, desarrollo de inflamación y tumores, supresión inmunológica, alteración del balance entre oxidantes y antioxidantes (resultando en una mayor generación de radicales libres), cambios en la flora intestinal y cáncer de colon.

Se indicó también la necesidad de más investigaciones con humanos para dilucidar sus verdaderos efectos en nosotros.

A partir del 2021 comenzó la reacción en los países europeos.

Francia fue el primero en prohibir el aditivo E171, debido a la falta de estudios toxicológicos que avalaran su seguridad.

Después, se revisó el uso de este aditivo a nivel de toda la Unión Europea a través del dictamen de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (o EFSA por sus siglas en inglés), también del 2021. En este se concluyó que el TiO2 ya no podía considerarse un aditivo alimentario seguro.

Se tomó especialmente en cuenta su genotoxicidad, esto es, su capacidad de dañar el ADN.

También se observó que, a pesar de no ser muy tóxico una vez consumido, se va acumulando en el organismo, lo que luego provoca el daño.

En Enero del 2022, la Comisión Europea prohibió al dióxido de titanio como aditivo. La prohibición incluyó una fase de 6 meses, desde Febrero hasta Agosto, en que se permitiría su uso, para que las empresas se fueran adaptado. Esta fase ya pasó y rige una prohibición absoluta del E171.

A partir de estas prohibiciones, se hicieron cada vez más estudios.

Luego de la prohibición francesa, en el mismo año, se realizó un estudio investigando los efectos tóxicos del TiO2 en células del estómago humano. Se observó una acumulación del compuesto, la disminución de proteínas antioxidantes, la afectación en la expresión de proteínas relacionadas con el estrés y de la respuesta inmunológica.

Un estudio del 2022 analizó específicamente la genotoxicidad y la inducción de la generación de radicales libres causada por diferentes tipos de nanopartículas de TiO2. Conforme los resultados, el compuesto dañaba el ADN y se sugirió la posibilidad de una afectación de la integridad cromosomal, lo que podría ser un indicador de riesgo de cáncer. En definitiva, el estudio confirmó el reporte de la EFSA.

El mismo año se realizó una revisión de estudios.

Entre sus conclusiones, menciona la posibilidad de desarrollar versiones de las nanopartículas de TiO2 que sean seguras, teniendo en cuenta que no todos los tipos de nanopartículas actúan igual y que aún hay lagunas investigativas.

Así, se considera que faltan investigaciones respecto a cómo la digestión puede alterar las nanopartículas, como esta puede facilitar o bloquear la absorción del TiO2, eventos en el organismo que puedan resultar en efectos adversos por el consumo del compuesto y la posibilidad de cáncer por el consumo de bajas dosis de TiO2 a largo plazo.

Más allá de esto, la revisión vuelve a mencionar los efectos negativos del TiO2 en ratas y ratones y en células in vitro.

Como podemos ver, la ingesta de dióxido de titanio podría tener efectos negativos en nuestro organismo. Dado esto, ya hay países que han empezado a prohibir su uso, especialmente en forma de nanopartículas, las cuales resultan más dañinas que las partículas normales. Aún así, se está estudiando la posibilidad de crear nanopartículas de TiO2 que puedan considerarse seguras en el futuro, con el fin de seguir usándolo en la industria, dadas sus muchas aplicaciones.

el dióxido de titanio se encuentra en caramelos y dulces y sirve para darles un color más brillante

Inhalación

Otra manera en que el TiO2 puede considerarse peligroso es a través de su inhalación.

La cuestión con esto es que, aunque no se puede negar que tiene algún efecto negativo en seres humanos, la evidencia no resulta suficiente, es contradictoria o poco clara a la hora de encontrar una relación entre la exposición aérea a TiO2 y enfermedades graves, como cáncer de pulmón. Aún así, existe una alarma respecto a sus posibles efectos secundarios en humanos, efectos que son más observables en animales.

En un boletín del Departamento de Salud y Servicios Humanos del Gobierno de los Estados Unidos del 2011, se mencionaron casos de enfermedades y muerte relacionadas con la exposición ocupacional al TiO2. Las enfermedades incluían fibrosis, fibromialgia, pneumoconiosis y adenocarcicoma del pulmón. Se podía encontrar una cantidad considerable de titanio en los pulmones, más allá de que, en más de un caso, los trabajadores eran fumadores o presentaban partículas de otros compuestos como silicio o talco. Sin embargo, los casos reportados fueron pocos y con información incompleta.

También se mencionaron estudios realizados en fábricas, los cuales no fueron suficiente para encontrar una relación entre la exposición al TiO2 y ciertas afecciones. Especialmente, no se encontró relación entre esta y el cáncer de pulmón. Además, se indicó la posibilidad de influencias por otros factores, como enfermedades causadas por exposición a asbestos, silicio o carbón.

Los estudios realizados en ratas, por otra parte, sí tuvieron como resultado la aparición de patologías, incluyendo tumores pulmonares.

Un estudio del 2015 y otro del 2019 también confirmaron la presencia de TiO2 en el organismo de trabajadores expuestos constantemente a partículas finas y nanopartículas del material.

En el 2018, se realizó otro estudio en ratas sobre los efectos a mediano y largo plazo de la inhalación de TiO2. Se expuso a 344 ratas a la inhalación del compuesto por 6 horas durante 5 días a la semana, por 4 semanas, reproduciendo una exposición por circunstancias laborales. Se encontró una gran respuesta inflamatoria a 3 días de terminada la exposición y la expresión genética de la inflamación continuó a 6 meses después. De esta manera, se confirmó que la inhalación de TiO2 tiene efectos a largo plazo.

Asimismo, dada la preocupación por los efectos de la inhalación de TiO2, especialmente en trabajadores, la Unión Europea, a través del Comité Científico de Seguridad del Consumidor, emitió su opinión contra el uso de ciertos protectores solares con nanopartículas de TiO2 en spray.

Según la opinión de esta entidad, las nanopartículas de TiO2 pueden producir síntomas o agravar los existentes en los pulmones y ser irritantes a las vías aéreas.

Hizo referencia a estudios realizados en ratas y ratones de laboratorio, en los que se expuso a los mismos a un aerosol de nanopartículas de TiO2. Se estudió el efecto desde el corto plazo hasta la exposición crónica. Así, se encontró que, a corto plazo, las nanopartículas de TiO2 inhaladas ya producen respuesta inflamatoria y aumentan el estrés oxidativo. A largo plazo (1 año) de manera crónica, se encontraron varios problemas pulmonares irreversibles, como hiperplasias, fibrosis y tumores pulmonares. Además, la mortalidad había aumentado respecto a lo normal (grupo de control).

También evaluó la genotoxicidad, carcerigenocidad, toxicidad reproductiva, toxicokinesis y la disponibilidad de datos en humanos.

Concluyó que no se podía asegurar la seguridad de los protectores solares con nanopartículas en spray en concentraciones de hasta 5,5% y que se debía evaluar el uso de este tipo de productos en el mercado.

En otro documento, del 2020, el Comité consideró que el TiO2 pigmentario en aerosoles para el cabello en concentraciones de hasta el 25% no era seguro, dado que llevan a su inhalación, pero si puede serlo a una concentración del 1,4%.

En este se advirtió que, aunque se observó la presencia de tumores en ratas, estas eran especialmente sensibles a esta afección por inhalación de partículas. Así, esta reacción no se observó en otros animales ni tampoco en trabajadores.

De hecho, un estudio del 2005, ya confirmaba esta sospecha. El mismo concluía que las ratas efectivamente tenían una hipersensibilidad al TiO2 pigmentario y ultrafino. También hacía referencia a estudios anteriores respecto a la relación entre el TiO2 y el cáncer de pulmón y afirmaba que todos tenían la misma conclusión: “Los resultados de los estudios no sugieren un efecto cancerígeno del TiO2 en el pulmón humano.”

Según el Centro Canadiense para la Salud y Seguridad Ocupacional, la inhalación de TiO2 puede provocar irritación de la nariz y la garganta. También puede irritar y hacer lagrimear los ojos. Asimismo, lo considera un posible cancerígeno, en base a información de estudios sobre animales.*

En definitiva, la inhalación de TiO2 puede irritar las vías respiratorias y causar dificultad para respirar, pero no hay relación entre esta y enfermedades graves como el cáncer de pulmón. Tampoco se ha visto relación entre la inhalación de TiO2 y un incremento de la mortalidad. La sospecha de su peligrosidad se basa especialmente en estudios animales. Aún así, varias entidades lo consideran de cierta peligrosidad y, por lo tanto, toman medidas preventivas (por las dudas, mejor prevenir que curar, ¿o no?). *

Usos cosméticos del dióxido de titanio

El dióxido de titanio es ampliamente usado en cosméticos, dado que siempre se lo ha considerado como un material inerte, que no provoca reacciones biológicas ni es absorbido por la piel. Por lo menos, hasta años recientes, como hemos visto.

Se lo puede encontrar en estos productos:

  • Bases de maquillaje: El TiO2 se incluye en bases de maquillaje para dar color y cubrimiento. Sin embargo, en partículas pigmentarias, puede hacer que la cara se vea polvorienta y brillosa. Además, debido a que refleja la luz, puede dar una apariencia blanquecina o “de fantasma” al rostro, especialmente cuando te sacan fotos. Así, no todas las bases tienen TiO2 y hay maquillistas que evitan las bases con este ingrediente.
  • Polvos de maquillaje: Esto incluye bases, sombras, rubores, contorno, en tanto sean en polvo. El TiO2 da la cualidad de permitir usar una fina capa del producto y aún así conseguir una buena cobertura.
  • Labiales: Da más brillo, opacidad, textura y resalta el color.
  • Rimel
  • Correctores: El dióxido de titanio es muy útil para ocultar imperfecciones, en tanto permite hacer esto usando poca cantidad del producto. Así, logra aclarar la piel oscurecida, por manchas u ojeras, y dar brillo cuando se ve apagada.
  • Cremas con protección solar: Me refiero a aquellas cremas humectantes, no pensadas como protectores, pero con cierto FPS, generalmente de 15. Este se debe a la simple añadidura de TiO2.
  • Protectores solares: El TiO2 suele ser un ingrediente esencial en los protectores físicos y mixtos. Cuando se usa el TiO2 pigmentario (partículas normales), el protector te deja blanca. En cambio, si es en nanopartículas, no pigmenta, ya que es transparente. El dióxido de titanio en protectores cumple la función de bloquear y dispersar los rayos UV, protegiendo la piel. Como hemos visto, el TiO2 en nanopartículas puede prevenir quemaduras, pero no protege contra el fotoenvejecimiento.
  • Pasta dental: El dióxido de titanio da un color refulgente blanco.
el dentrífico o pasta dental tiene dióxido de titanio que le da el color blanco

Beneficios del dióxido de titanio

El uso de dióxido de titanio (pigmentario, no nano) en cosméticos presenta estas ventajas:

  • No comedogénico
  • Protege de los rayos UV, tanto UVB como UVA.
  • No irritante
  • Previene el fotoenvejecimiento

En la práctica, no se han observado efectos secundarios negativos por el uso de productos cosméticos con TiO2 (no nano).

¿Qué hago para estar segura?

Como vimos, aunque el dióxido de titanio normal suele ser seguro, no sucede lo mismo con las nanopartículas. Tampoco se considera seguro ingerirlo, de ninguna manera.

Así, puede que quieras evitar posibles riesgos.

Vamos a ver que lo principal es leer las etiquetas de los cosméticos y alimentos que consumas.

Cosméticos

Aseguráte que el TiO2 que contenga no sea en nanopartículas.

En Europa, existe la obligación de indicar esto, con la denominación nano. También hay ciertas marcas que catalogan sus productos como “no nano”, o sea, sin nanopartículas. Esto no suele suceder en América Latina, por lo que mejor veamos otras maneras:

Si estuviste utilizando un protector solar u otro producto con TiO2 y que te deja blanca, podés estar segura de que es pigmentario, no nanopartículas y, por lo tanto, seguro.

Si no hay forma de averiguar esto, podés tratar de evitar, en lo posible, los productos con dióxido de titanio.

La duda puede surgir cuando se usan protectores solares transparentes. En este caso, si son puramente químicos, no contendrán nanopartículas (aunque los protectores químicos presentan sus propias desventajas).

Si querés un protector solar físico, podés usar uno con dióxido de titanio pigmentario (no nano). Hay algunas marcas que garantizan que ese es el ingrediente que usan o que formulan sus productos libres de nanopartículas.

También podés probar con protectores hechos exclusivamente con óxido de zinc.

Respecto al maquillaje, la proporción de TiO2 usada se considera, en general, segura. El riesgo puede provenir de la inhalación de los polvos y el polvillo que a veces sale del maquillaje compactado. *

Dadas algunas de sus desventajas, especialmente en bases, no todos los productos para maquillaje lo llevan. Podrás fijarte en la etiqueta de ingredientes.

Así, hay marcas de maquillaje que elijen no usar nada de TiO2 en sus productos, al menos en algunos.

También podés probar con maquillajes naturales o, si tenés tiempo y ganas, hechos en casa.

Alimentos

Como vimos, el E171 (TiO2 como aditivo alimentario) ya no se considera seguro. Aún así, no está prohibido en todos los países.

Evitá los caramelos, confites, comidas muy procesadas, los sustitutos del café, las cremas para café, los jugos artificiales y aguas saborizadas, los caldos en cubo (también contienen aluminio), las sopas en polvo, los helados no artesanales. La mayoría de las cosas a las que se les agrega TiO2 no son realmente necesarias para tu alimentación.

Según tu estilo de vida, puede que no puedas evitar ciertas medicinas, pastillas o suplementos (por ejemplo, suplementos nutricionales para el embarazo y la lactancia o medicinas para la hipotiroiditis).

Controlando tu dieta, podrás disminuir al mínimo posible la ingesta de TiO2.

Reemplazo del dióxido de titanio

El óxido de zinc es un buen reemplazo del dióxido de titanio en cuanto a la protección contra la radiación UV.

De hecho, se lo puede considerar superior, en tanto presenta beneficios extra para la piel, al ser el zinc parte de la barrera de la piel. Así, lleva propiedades beneficiosas, como ser antiinflamatorio, seboregulador, antiséptico, astringente, regenerativo y desodorante. Asimismo, promueve la curación de heridas y otras lesiones como picaduras, sarpullidos o dermatitis.

También presenta un color blanco.

Conclusiones

El dióxido de titanio normal, es decir, pigmentario y no en nanopartículas, es seguro aplicado sobre la piel.

Es peligroso cuando se encuentra en nanopartículas. Existe suficiente evidencia para afirmar que puede provocar una respuesta inflamatoria y que podría ser capaz de traspasar la piel y acumularse en el organismo.

También es peligrosa la ingesta de TiO2. Se ha visto que puede interferir con la absorción de nutrientes. Así, ya no es tenido como un aditivo seguro en Europa.

Además, se considera que existe riesgo al inhalarlo. Sin embargo, la mayoría de los estudios a este respecto fueron hechos en ratas y no se han encontrado datos suficientes para relacionarlo con cáncer en humanos u otras enfermedades. Aún así, puede llegar a ser irritante.

Se pueden utilizar la gran mayoría de productos cosméticos con TiO2 normal con seguridad.

Sin embargo, si esto no te convence o no es posible asegurarse de que el TiO2 en el producto no es en nanopartículas, puede optarse por cosméticos sin TiO2 o hacerlos una misma.

¿Te alertó alguna vez la presencia de dióxido de titanio en tus cosméticos o comidas?

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