Salud

Rosácea: una guía básica y algo más

La rosácea es una enfermedad de la piel de la cual no todo queda claro. Así que, más allá de lo que pueda explicar en este artículo y lo que encuentres en otros artículos haciendo tu investigación, aún existen dudas respecto a ella.

Dicho esto, voy a tratar distintos temas respecto a esta patología, incluidos los tratamientos posibles, hábitos saludables, cosas a evitar, ingredientes activos útiles y si se puede usar retinol para la rosácea.

Además, te voy a contar de qué se trata esta enfermedad, su tipología, causas y detonantes, qué tienen que ver los ácaros de la piel y cómo es confundida con el acné.

Este artículo está basado en un trabajo que hice para Cosmiatría.

¿Qué es la rosácea?

La rosácea es una dermatosis inflamatoria crónica que afecta principalmente el centro del rostro, pero puede expandirse a otras zonas del cuerpo.

Se caracteriza por el enrojecimiento permanente de la piel de la cara, vasos dilatados e inflamación. Según el tipo o grado, según veremos, se le pueden agregar más síntomas, como pápulas y pústulas o rifoma.

En general, afecta principalmente a personas de mediana edad, entre 30 y 50 años, especialmente a mujeres, y de piel clara. En los hombres, aunque más raro, puede volverse más grave.

¿Cómo se produce la rosácea?

Se considera que la rosácea implica alteraciones de la estructura vascular (de las venas) y del tejido conectivo (formado por colágeno y elastina).

Así, la rosácea se produce en la dermis, esto es, la capa media de la piel. En ella, la fragilidad de los capilares hace que tengan mayor tendencia a dilatarse y romperse, provocando procesos inflamatorios.

A partir de esto, pueden verse las rojeces y “arañitas” rojas en la superficie de la piel, llamadas telangiectasias.

Cuando los capilares dejan de estar dilatados, la piel vuelve a su apariencia normal. Sin embargo, si estos procesos de dilatación e inflamación son frecuentes, puede que los capilares no vuelvan a la normalidad, haciendo al enrojecimiento e inflamación permanentes.

De esta manera, se produce la rosácea.

Causas de la rosácea

La aparición de la rosácea está relacionada, en primer lugar, con factores genéticos, siendo más común en fototipos claros 1 y 2. Es llamada así “la maldición de los celtas”.

Muy raramente puede aparecer en fototipos oscuros.

Más allá de esto, no están claras las causas específicas de la rosácea.

Se le han atribuído estas:

  • Disepsia gástrica
  • Enfermedad inflamatoria intestinal
  • Patologías endocrinas
  • Enfermedades hepáticas
  • Alteraciones de la circulación
  • Causas psicogénicas, como estrés
  • Infección cutánea por ácaros
  • Alteración del sistema inmunológico
  • Mayor flujo sanguíneo

Detonantes de la rosácea

Que la rosácea sea una patología crónica significa que siempre está presente. La diferencia va a verse entre que esté en brote (activada) o no. Esto ocurre en la presencia de un detonante.

Por ejemplo, el sol empeora la rosácea, por lo que exponerse a la radiación UV sin protector puede ocasionar un brote.

Detonantes de la rosácea son:

  • Radiación UV. Exposición al sol
  • Extremos de temperatura, frío o calor
  • Cambios bruscos de temperatura
  • Comidas calientes, picantes o de alto contenido calórico
  • Alimentos como chocolate, queso, salsa de soja, vinagre o cítricos
  • Bebidas calientes
  • Bebidas estimulantes como café o (controvertido)
  • Bebidas alcohólicas*
  • Cosméticos inadecuados
  • Medicamentos
  • Estrés
  • Ejercicio intenso
  • Clima muy seco o calefacción alta que disminuye la humedad del ambiente
  • Uso continuo de corticoides tópicos

Si padecés de rosácea, evitar estos detonantes puede marcar una gran diferencia, al reducir los síntomas, y mejorar así la calidad de vida.

Tené en cuenta que puede que no haya mencionado todos los detonantes que existen. Además, si ves que tenés un detonante en particular, anotálo y evitálo.

El alcohol debe evitarse en la rosácea.

Estadios o tipos de rosácea

Ahora me voy a referir a los tipos de rosácea*, a los que también denominaré grados o estadíos, en tanto están ligados al desarrollo crónico de la enfermedad.

Asimismo, hay algo a lo que llaman “principio de rosácea”, que es cuando te roburecés con frecuencia o manifestás síntomas como enrojecimiento, sensación de calor (especialmente en las mejillas) y sofoco ante la exposición a alguno de los detonantes que mencioné.

Esto no es rosácea, ya que no es permanente, pero sí es una señal para que te cuides y así evitar la manifestación de esta enfermedad cutánea. Es decir, son señales de que podrías desarrollar esta patología.

Puede que tu piel ya sea algo más reactiva (la reactividad de la piel aumenta a partir de los 25 años) o que tengas predisposición genética.

Dicho esto, existen 4 tipos de rosácea:

Eritematoso-telangiestásico o estadio 1

Se caracteriza por la presencia de eritema o enrojecimiento permanente (cuperosis), edema o inflamación, telangiectasias (las “arañitas” rojas), sensación de ardor o picazón y sofoco o sensación de calor en la piel.

Las telangiectasias ocurren por la dilatación y rompimiento de los capilares debajo de la piel, lo que se ve como una telaraña roja en esta.

También puede haber sequedad y descamación.

Afecta más que nada las mejillas, frente y mentón, pero se puede extender a cuello, pecho y al cuero cabelludo sin tratamiento.

En el principio de la rosácea, puede notarse enrojecimiento y telangiectasias ocasionales. Si no se trata, esto puede progresar, de manera que estos síntomas se vuelven más frecuentes, hasta convertirse en permanentes, y aparecen los otros síntomas, como ardor y sofoco.

Papulo-pustular o estadio 2

En este estadio aparecen pápulas o comedones inflamados y pústulas, comedones con pus. Además, hay enrojecimiento y eritema. Las pápulas y pústulas aparecen en la frente, mejillas y barbilla y pueden extenderse a cuello, pecho o al cuero cabelludo. Su distribución es simétrica.

Este tipo de rosácea puede confundirse con acné. Sin embargo, mientras esta última patología puede causar múltiples tipos de imperfecciones, como comedones abiertos y cerrados o quistes, la rosácea de este tipo se caracteriza específicamente por pápulas muy inflamadas y pústulas.

Además, mientras el acné es más común en adolescentes, la rosácea papulo-pustular lo es en mujeres de mediana edad.

Asimismo, en este tipo de rosácea pueden haber parches de piel seborreica o grasosa y otras partes secas y escamosas.

También hay una prevalencia del ácaro Demodex folliculorum, al que me referiré más adelante, más que en otros grados de rosácea.

Un ejemplo de rosácea papulo-pustular, con papulas escoriadas y pústulas, se puede ver aquí.

Fimatoso o estadio 3

Se caracteriza por la presencia de rifoma, esto es, el engrosamiento de la piel de la nariz. Existen masas nodulares hipertróficas y los poros se encuentran muy dilatados y llenos de tapones de sebo.

Comienza por la aparición de placas de piel más gruesas, desarrollándose de manera que la piel presenta varias protuberancias, especialmente en la nariz.

Se debe también al avance de una rosácea no tratada, por lo que presenta también síntomas de los otros tipos, como eritema y telangiectasias.

Es más común en hombres alrededor de los 50 años.

Ocular o estadio 4

Se da cuando la rosácea se extiende a los ojos, lo que provoca su enrojecimiento. Hay irritación, sensación de ardor, sequedad y se pueden formar quistes en los párpados. Se ven venas rojas en los ojos y en los párpados y estos se inflaman.

Además, los ojos pueden volverse más sensibles a la luz y haber visión borrosa.

Se suele subdiagnosticar, ya que implica hacer una relación entre una enfermedad de la piel y los ojos, pudiéndose confundir con patologías como conjuntivitis. Además, su ocurrencia en sí es rara.

Al deberse al avance de una rosácea sin tratar, también se presentan signos de otros tipos, como eritema y telangiectasias.

El ácaro Demodex en la rosácea

La rosácea también puede caracterizarse por la presencia exagerada en la piel del ácaro Demodex folliculorum.

Este es un antrópodo de cuatro patas que se puede presentar de manera natural en la piel sana, aunque aún no se conoce su función*. Suelen residir en los canales de los folículos sebáceos sin presentar problemas*.

Sin embargo, en la rosácea, se ha visto que existe un exceso del mismo. Por ejemplo, un estudio del 2018 afirma que la rosácea es un factor de riesgo para que suceda una infestación de Demodex, lo que se observa en las pestañas, habiendo prevalencia de esta situación en la rosácea papulo-pustular.

También se observó que el ácaro suele presentarse sobre la piel de quienes padecen rosácea (80%), de cualquier tipo, y que su presencia puede aumentar el riesgo de padecer esta enfermedad.

Cuando estos ácaros se encuentran en gran cantidad pueden exacerbar la rosácea.

En otro estudio del 2018, se vio que el Demodex genera distintas reacciones en la piel.

Así, altera la respuesta inmune en los sebocitos, disminuyéndola primero y generando un aumento después. Este comportamiento se debe a que los ácaros secretan sustancias para evitar una reacción inmune, es decir, generan inmunosupresión.

Además, el Demodex en grandes cantidades indujo la aparición de más mediadores pro-inflamatorios. Es decir, su presencia en exceso puede aumentar la inflamación.

Asimismo, los ácaros podrían causar daños físicos en los folículos pilosebáceos, debido a que tienen garras y boca con partes filosas

Dado todo esto, su presencia sobre la piel empeora la rosácea, lo que justifica el tratamiento con antibióticos, como la ivermectina.

Sin embargo, según el estudio, aún no está claro del todo cómo los antibióticos afectan al Demodex. Además, propone crear otras formas de tratamiento que impliquen simplemente evitar que el ácaro secrete las sustancias que desactivan al sistema inmune. De esta manera, este sistema se encargaría del ácaro de manera natural.

Función del dermatólogo y del cosmiatra

El dermatólogo tiene como función diagnosticar la rosácea, confirmando que el paciente la padece. Debe indicarle a este los hábitos que debe tener y un tratamiento adecuado. Así, receta el uso de medicamentos tópicos y orales. Asimismo, puede indicarle el uso de cosmecéuticos para la rosácea.

Además, este puede informar sobre terapias como el láser y sus contraindicaciones y efectos secundarios, ayudando a decidir si es una terapia adecuada.

El cosmiatra o cosmetólogo cosmiatra puede ser quien primero detecta la posibilidad de una rosácea, en cuyo caso, debe derivar al dermatólogo. Teniendo ya el diagnóstico, será un colaborador de este último.

Puede ayudar a tratar la rosácea, mediante el uso de activos que descongestionen, desinflamen y ayuden con la circulación. Además, también puede aplicar masajes suaves para aliviar el edema. Si tiene la capacitación correspondiente, puede aplicar la terapia con luz pulseada intensa, que sirve mucho para reducir el tono rojo, tratando directamente los vasos.

Confusión entre rosácea y acné

Como mencioné, una rosácea papulo-pustular puede confundirse con acné.

Esto puede ocasionar que se diagnostique incorrectamente y se prescriba el tratamiento para el acné en vez de para la rosácea, lo cual puede ocasionar, en el mejor de los casos, una mejora breve, para luego empeorar los síntomas (si no causa esto directamente).

Si ha sido tu caso, cambiá de profesional, hasta que encuentres al que diga algo distinto y te funcione.

También podés probar ciertos tratamientos para la rosácea que no se contradicen con el acné (la inflamación se encuentra presente en ambas enfermedades).

Rosácea y piel sensible o alérgica

Una piel con rosácea, aunque padece de sensibilidad, no es lo mismo que una piel sensible ni que una alérgica.

Una piel con rosácea implica una enfermedad que, como vimos, puede llegar a grados severos. Puede compartir ciertas cosas en común con la piel sensible, como la afectación ante el calor o frío excesivos, pero los síntomas no son los mismos. Además, la piel sensible suele reaccionar más a aquello que la afecta de manera tópica o externa, mientras que, en la rosácea, un brote puede surgir por cuestiones internas, como el consumo de determinadas comidas, de alcohol o por los efectos del ejercicio intenso.

Tampoco es como una piel alérgica. La piel alérgica reaccionará solamente ante el alérgeno específico para ella. Por ejemplo, si una persona tiene alergia al látex, su piel se volverá roja, inflamada, con picazón y urticaria cuando entre en contacto con este material. Esto no ocurriría en una piel con rosácea.

Una piel puede ser sensible o alérgica y padecer de rosácea al mismo tiempo.

Hábitos que ayudan con la rosácea

Si padecés de rosácea, va a ser necesario que construyas ciertos hábitos para minimizar la aparición de los brotes y evitar empeorar la enfermedad.

Algunos hábitos que pueden ayudar son:

  • Protegerse de la radiación UV con protector solar y sombreros
  • Evitar camas solares
  • Evitar meterse en saunas, cocinas calientes o ambientes similares
  • Evitar las duchas y baños muy calientes
  • Evitar el agua helada
  • Proteger el rostro del frío intenso, con cremas y ropa.
  • Evitar las comidas calientes, picantes o de alto contenido calórico.
  • Evitar el alcohol *
  • Evitar las bebidas calientes
  • Proteger el rostro del viento
  • Evitar el uso de cosméticos que puedan ser muy fuertes o generar reacciones
  • No fumar
  • Evitar los espacios con humo
  • Evitar el uso de corticoides
  • Hacer ejercicios livianos, como yoga
  • Practicar técnicas de relajación
  • Usar un humidificador, en caso de vivir en clima muy seco
  • Evitar los atracones de comida
  • Disminuir el consumo de alimentos azucarados
  • Mantener la hidratación, tanto tomando agua como con cosméticos
  • Usar cosmecéuticos indicados para rosácea
  • Usar cosmecéuticos con activos descongestivos y desinflamatorios
  • No exfoliar
  • No lavar la cara en exceso
  • Evitar scrubs y toallas ásperas
  • Dormir lo suficiente
  • Observar y anotar las cosas que desencadenen los brotes

Tratamientos para la rosácea


Los tratamientos para la rosácea incluyen desde los cuidados diarios a la aplicación de métodos o aparatos por profesionales, como la luz pulseada intensa.

También hay que tener en cuenta que habrán ciertos tratamientos para, por ejemplo, aclarar la piel, mejorar su apariencia o revertir el fotoenvejecimiento, que no podrás utilizar, debido a que podrían aumentar tus sensibilidades.

Cosmecéuticos

Hay una parte cosmética respecto a qué se puede hacer con la rosácea y que tiene que ver con los cuidados diarios.

Ya mencioné que usar cosméticos inadecuados puede causar un brote. Así, ¿qué tipo de cosméticos o cosmecéuticos son los adecuados?

Los productos a utilizar deben ser hipoalergénicos, de preferencia sin perfume, no comedogénicos y que no contengan activos que puedan irritar la piel.

Tené en cuenta que ciertos ingredientes utilizados para tratamientos anti-age pueden provocar esta reacción, como el retinol, la vitamina C o la mayoría de los ácidos utilizados en peelings, como los alfahidroxiácidos (AHAs).

Otros ingredientes que pueden generar irritación son alcoholes, fragancias sintéticas, sulfatos como lauril éter sulfato de sodio, lauril sulfato de sodio o lauril sulfato de amonio (se encuentran en limpiadores y shampúes), propilenglicol, parabenos, extracto de toronja (o pomelo) y el polvo de carbón vegetal. *

Por otra parte, he mencionado que el sol empeora la rosácea, por lo que es necesario protegerse con pantalla solar. Una pantalla solar física podría tener menor riesgo de irritación, por lo que es más recomendable elegir este producto.

También está la opción de hacer un protector solar casero. Tené en cuenta que hay que cerciorarse de que proteja de manera efectiva. Podés pedirle a alguien más que hagas esto, para no arriesgarte.

Ahora, ¿qué activos pueden ayudar con la rosácea?

Ingredientes activos útiles

Para esta enfermedad, sirven los ingredientes con propiedades antiinflamatorias, hidratantes, humectantes y reforzadoras de la piel.

Los siguientes activos naturales pueden ayudar con la rosácea:

  • Rosa mosqueta: El aceite de rosa mosqueta tiene propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y regenerativas. Además, presenta compuestos que ayudan a nutrir la piel y humecta.
  • Aceite de almendras: Es un humectante por excelencia, con lo que puede ayudar en el cuidado y refuerzo de la piel con rosácea.
  • Aloe vera: Esta conocida planta es regenerativa, hidratante y calmante.
  • Caléndula: Muy conocida por ser antiinflamatoria y calmante. Se considera efectiva para diversas afecciones, incluyendo rosácea.
  • Óxido de zinc: Es un ingrediente beneficioso en protectores solares físicos y sirve tanto para bloquear los rayos UV como para reforzar la piel. El zinc es parte natural de la barrera de la misma.
  • Niacinamida: O vitamina B3, es un potente regenerativo y puede ayudar a reforzar la piel.
  • Jojoba: El aceite de jojoba es humectante, antiinflamatorio y regenerativo.
  • Manzanilla: La manzanilla es muy conocida por su capacidad antiinflamatoria, calmante y anestésica.
  • Bisabolol: Es el principio activo que se encuentra en la manzanilla y le da su propiedad antiinflamatoria.
  • Agua de rosas: La verdadera agua de rosas es antiinflamatoria y calmante.
  • Malva: Como la manzanilla, es un activo antiinflamatorio y calmante.
  • Tilo: También es antiinflamatorio y calmante.
  • Agua termal: El agua termal es un buen tónico, hidrata, nutre y alivia. Es un ingrediente de mayor calidad en los cosméticos, reemplazando al agua común y al alcohol.

¿Se puede usar el retinol para la rosácea?

La cuestión del retinol es algo complicada.

Por un lado, presenta propiedades que pueden llegar a fortalecer la piel con rosácea. Así, fomenta la creación de nuevo colágeno y elastina, fortaleciendo la matriz celular, ayuda a la regeneración, limpia los poros, regula el sebo y fomenta la angiogénesis, es decir, la creación de nuevos (y sanos) vasos sanguíneos.

Por otro lado, el retinol podría ser muy agresivo para una piel con rosácea. Se sabe que puede causar efectos secundarios como irritación, picazón, sequedad y descamación. De esta manera, se puede temer que provoque un brote o empeore la patología.

Para obtener los beneficios de esta sustancia activa, se recomienda primero aclimatar a la piel a usarla.

Para esto, se aconseja usar un producto con retinol que sea de baja potencia. El más suave y de baja dosis que puedas encontrar. Luego, usarlo de manera espaciada durante el primer mes. Por ejemplo, 1 o hasta 2 veces por semana, para que la piel se vaya acostumbrando.

Posteriormente, se puede aumentar la frecuencia. Por ejemplo, usándolo día de por medio o todos los días.

Sin embargo, como vimos en el artículo sobre el retinol, utilizarlo de manera espaciada 1 o 2 veces por semana, acompañado de oclusión, puede potenciar los resultados sin generar tantos efectos secundarios. Esta podría ser una alternativa de uso, para que siga siendo espaciado.

El uso de retinol solo debe hacerse cuando no hay brotes.

Además, no se puede saber cómo va a reaccionar cada piel. O sea, a algunas personas con rosácea les beneficia el retinol y a otras no.

No sabiendo como va a reaccionar tu piel, lo mejor es utilizar un poco y observar minuciosamente qué efectos tiene.

Láser

Las terapias con láser ayudan mucho con la cuperosis, reduciendo la apariencia de las venitas rojas.

La principal terapia láser utilizada contra la rosácea es la de la luz pulseada intensa (LPI).

Funciona a partir de la absorción de la luz por los pigmentos melanina y hemoglobina (da la tonalidad roja). Esto genera calor, con lo que se destruyen los pigmentos, sin dañar al tejido circundante.

La LPI también es capaz de promover el rejuvenecimiento y reforzar la piel, al estimular a los fibroblastos a producir más colágeno y elastina, y eliminar manchas.

Como resultados, se ha observado que la LPI elimina las telangiectasias y cuperosis y disminuye los episodios de calor y sofoco de manera duradera. Se considera incluso más efectivo que los medicamentos. *

El tratamiento en sí es indoloro, aunque puede ser incómodo, y puede generar enrojecimiento inmediatamente al terminar la sesión. Sin embargo, este enrojecimiento luego desaparece y la piel va mejorando progresivamente con las sesiones. *

La rinofima en la nariz se trata con láser de CO2 o ablativo. Se trata de un láser quirúrgico, que sirve para eliminar el tejido excesivo. Se dirige al agua contenida en los tejidos, vaporizándola, con lo que el profesional dermatólogo podrá dar forma a la nariz lo más parecida posible a como era originalmente.

Este láser es capaz de restaurar áreas de la cara demasiado afectadas por la hichazón y con cicatrices. *

Medicamentos

Estos serán recetados por el dermatólogo.

Pueden consistir en medicamentos tópicos, como cremas o pomadas. Normalmente se utilizan activos como ácido azelaico o metrodinazol para tratar la rosácea. También se encuentra la opción de la ivermectina, para eliminar al ácaro Demodex de la piel.

También se prescriben medicamentos orales, como doxiciclina, isotretinoína o ivermectina oral.

La isotretinoína es un medicamento fuerte, utilizado para tratar el acné. Se utiliza en caso de rosácea papulo-pustular. Está contraindicado en caso de embarazo o lactancia, por ser teratogénico.

Qué tratamientos evitar

Ahora me voy a referir a tratamientos utilizados con otros fines en cosmética, como rejuvenecer o eliminar el acné, que estarían contraindicados cuando se tiene rosácea.

Ya he mencionado algo de esto al comentar los hábitos y cosas a evitar. Estos son sólo algunos ejemplos y no una lista exhaustiva.

Así, hay que evitar:

  • Masajes muy fuertes. En el caso de realizar masajes a la piel, deberán ser suaves.
  • La mayoría de los peelings, especialmente si se trata de ácidos muy fuertes. Algunos peelings, sin embargo, podrían servir para la rosácea.
  • Exfoliación. Como mencioné, puede irritar la piel.
  • Vinoterapia. Este tratamiento anti-age puede ser muy fuerte para una piel con rosácea.
  • Mascarillas secativas. Por ejemplo, de carbón activado o arcilla.
  • La mayoría de los retinoides, salvo los recetados o de muy baja potencia que te funcionen

Conclusiones

La rosácea es una enfermedad crónica que requiere la toma de acciones específicas para que esta no te termine agobiando en caso de padecerla y mejorar así la calidad de vida.

Así, hay que desarrollar ciertos hábitos, mimando tu piel, siendo observadora y evitando detonantes. Esto solito puede marcar una gran diferencia.

En segundo lugar, hay que buscar un tratamiento adecuado. Hay cosmecéuticos que son adecuados para rosácea y que pueden ayudarte en tu rutina diaria. Además, se considera que la luz pulseada intensa es un tratamiento moderno muy efectivo para esta enfermedad.

De esta manera, y con ayuda de tu dermatólogo y cosmiatra, podrás tratar a tu piel de la mejor manera posible y disfrutar más de ella, en vez de sufrirla.

¿Tenés rosácea o conocés a alguien que la tenga? ¿Qué experiencia tuviste o viste con ella?

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Jessica Wicher

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